Con apenas seis años Kiara se convirtió en una heroína al salvar a su hermana de tres años de morir en un incendio que afectó la precaria vivienda del barrio Flores de Ciudad donde vivía.
Kiara siempre atenta a su familia y pese a su corta edad, aprendió a limpiar, tender la cama y cuidar de su hermanita de tres años, mientras sus padres trabajan.
Como todos los días, Kiara cambiaba a Daniela con la misma dedicación y la destreza de siempre cuando la estufa eléctrica que la mamá había comprado el día anterior (con el salario de empleada doméstica) explotó, el fuego alcanzó el machimbre y de allí en más se tornó imparable.
Mientras las llamas destruirán lo que encontraba a su paso, Kiara dejó el susto y asombro de lado, tomó fuerzas y en cuestión de segundos alzó a la bebé y salió corriendo.
Casi sin aliento y con su hermana en brazos llegó hasta donde estaban sus hermanos.
Al día de hoy, la valiente y madura, Kiara, ni siquiera es consciente de que es una verdadera heroína al salvar a su hermana menor del fuego devastador, en cambio la pequeña se lamenta porque no pudo salvar la cartera y el monedero donde, ella sabía bien, su mamá guardaba el dinero.
"Le enseñé siempre que sus hermanos están por encima de todo", contó Liz Toribio, su mamá.
El hecho sucedió en la tarde helada del 11 de junio, pero trascendió recientemente porque a través de las redes se inició una campaña para ayudar a Kiara y toda la familia que vieron convertirse en cenizas lo poco que tenían.
“Perdimos todo, pero lo que más agradezco es poder contarlo”, reflexiona Liz pero un segundo después agregó emocionada: “Kiara es la hija que toda madre desea tener”.
Kiara está vestida siempre con la misma ropa y zapatillas, es que desde que sucedió el siniestro, la familia vive peregrinando de casa en casa, durmiendo en colchones prestados y arreglándoselas como pueden.
"Con esfuerzo pudimos comprar todo lo necesario para equipar nuestra casa. Hasta la camita y el acolchado para Kiara, con su espejo y su muñeca. Cuando llora angustiada por lo que le tocó vivir, le digo gracias. Todo se puede recuperar… menos la vida", dijo la mamá.
Más allá de que necesitan chapas, colchones, frazadas, ropa y zapatillas, lo más imperioso, asegura, es un lugar donde vivir.
"Todo lo que teníamos se esfumó en cuestión minutos. Me desespera pensar que los días pasan y seguimos igual", reflexiona.
Kiara, que nació el 13 de septiembre de 2013, perdió lo poco, o mucho que tenía. Hasta su única muñeca, cuya cabeza anda suelta entre los perros y las cenizas que todavía se esparcen en el patio.
"Llora porque ya no tiene muñeca, cama ni espejo. Y yo le recuerdo que salvó a su hermana", reitera Liz.
Hoy no habrá Día del Niño y posiblemente tampoco festejo de cumpleaños, el mes que viene. También lo sabe, porque ella sabe todo.
Si antes de la cuarentena sobrevivían, actualmente la situación es peor. Cuenta Liz que su esposo, Antonio, siempre hizo changas, pero ahora quedó frenado por la cuarentena. El matrimonio, además de Kiara y Daniela, tiene dos varones: Matías, de 9 y Quenai, de 5.
Quien desee ayudar a la familia, puede llamar al (0261) 15-6218089.
*Este texto fue publicado originalmente por Los Andes. Se reproduce aquí con la autorización correspondiente.