Los sacerdotes Horacio Corbacho, de 59 años, y Nicola Corradi, de 83, acusados por abusos sexuales y corrupción de menores en el instituto Próvolo de Mendoza, fueron condenados a 45 y 42 años de prisión respectivamente, por los jueces del Tribunal Penal Colegiado 2.
En tanto, el ex empleado Armando Gómez (49) fue condenado a la pena de 18 años de prisión.
El veredicto fue dictado por los jueces Carlos Díaz, Mauricio Juan y Aníbal Crivelli. Se trata de una sentencia histórica, esperada con expectativa en la comunidad.
Tras tres años de investigación, la Justicia decidió la culpabilidad de los curas y el jardinero. Los tres estaban acusados de "abuso sexuales con acceso carnal agravado por la guarda y la convivencia preexistente con menores" contra niños hipoacúsicos cometidos en el instituto Próvolo de la localidad mendocina de Luján de Cuyo.
Fue un 18 de noviembre de 2016, en medio de una charla sobre los Derechos del Niño en la Legislatura de Mendoza, cuando la senadora Daniela García (hoy diputada provincial), tomó coraje y llevó la denuncia a la Justicia.
"No hay justicia que repare el daño que le hicieron a estos jóvenes y niños. La Justicia es reparadora sobre una gran parte porque sino todo sería mucho peor, pero el daño ya esta echo para toda la vida", lamentó la diputada radical, quien fue testigo en el debate.
Los que faltan
Esta es la primera de tres causas que completan la de la monja Kosaka Kumiko, con prisión domiciliaria y acusada de haber participado en vejámenes y corrupción de menores hipoacúsicos en el instituto. En tanto hay una tercera causa que se espera llegue pronto a juicio, que involucra a la exdirectora Graciela Pascual y la monja Asunción Martínez, por omisión.