El gobernador de Mendoza, Alfredo Cornejo, llegó al poder en diciembre de 2015 con una planta estatal de 102.500 empleados. Cuando Cornejo se vaya de la gobernación, en diciembre próximo, este número bajará senciblemente: quedarán casi 10 mil empleados menos.
Se jubilaran 6.087 empleados, a ellos se suman 2.275 bajas por distintas razones -esto es cesantías, renuncias y fallecimientos-, y 1.400 empleados de la Dirección General de Escuelas que en diciembre terminarán programas especiales. La suma total asciende a 9.762 empleados públicos menos.
"Eso fue una decisión política de gestionar con eficiencia, pero también se modificaron los plazos de la jubilación, pasaron de ser un año a sólo 6 meses. Además sólo se cubrieron las vacantes necesarias, es decir los cargos docentes y de policías. No hay menos docentes ni policías, ni médicos, ni enfermeros", explicó a Diario Uno Ulpiano Suarez, Subsecretario de Gestión Pública y Modernización del Estado.
De esta manera, Cornejo es uno de los pocos gobernadores que concluirá su gestión habiendo reducido notoriamente la planta de empleados públicos, número que históricamente creció con cada gobierno: su antecesor, Francisco 'Paco' Pérez, llevó la planta de 93.176 a 102.518 empleados.