La jueza Mariana Irianni condenó al Rafael Inglera a 20 años de prisión de efectivo cumplimiento, luego de que un jurado popular lo declara culpable por el femicidio de Nancy Segura, perpetrado en 2017.
Inglera había sido condenado por el tribunal popular por el delito de "homicidio agravado por el vínculo", pero "mediando circunstancias extraordinarias de atenuación", por lo que la pena en expectativa era de entre 8 y 25 años de cárcel, quedando descartada la prisión perpetua.
El fiscal Fernando Castro había solicitado una condena de 25 años, mientras que Eduardo Toscano, abogado defensor de Inglera, pidió una pena de 8 años de cárcel, la mínima prevista para ese delito.
La magistrada consideró como agravante "la extensión del daño causado" por Inglera, que asesinó a una mujer de 27 años y dejó a dos chicos huérfanos, uno de ellos, hijo biológico de él.
Asimismo, tomó como atenuantes, para no darle la pena de 25 años, el hecho de que Inglera llevara a Segura al hospital luego del ataque y el hecho de que la pareja tuviera problemas con las drogas.