En la mañana del miércoles se dio a conocer que un niño de 5 años se dirigió hacia el Registro Provincial de las Personas junto a sus padres, para oficializar su cambio de género. El niño, conocido como "Tito", le pedía a la familia cambiarse el nombre desde los 3 años.
Con la ayuda de la Asociación por un Mundo Igualitario, docentes y compañeros de sus padres, la familia del pequeño lo acompañó en su decisión, y este miércoles comenzaron a realizar los trámites legales.
la historia del niño salió a la luz en enero de este año, cuando el diario local publicó un artículo que relataba su recorrido: al año y medio ya se identificaba como varón y meses después pidió que dejaran de llamarlo por el nombre que sus padres habían elegido para optar por uno nuevo.
Según pudo averiguar Minuto Uno, el niño reclamaba ser llamado "caballero" en lugar de "princesa".
La inscripción fue posible gracias a la Ley 26.743, sancionada en 2012, que en su artículo 3 garantiza a toda persona "la rectificación registra del sexo y el cambio de nombre de pila e imagen cuando no coincidan con su identidad de género autopercibida".
Por su parte, Claudia Vega, la abogada que acompañó a la familia durante el proceso administrativo, destacó la necesidad de que el Estado ponga en práctica lo que la ley establece hace más de siete años.
Y, agregó: "Vemos lamentablemente una ausencia del Estado en políticas de visibilización y en la implementación acabada de cada una de las leyes que garantizan y protegen estas identidades y estas vivencias. Hay que seguir acompañando su inserción de la ley en la sociedad y una participación del Estado más activa: no se conocen las identidades trans y se cuestionan estas infancias cómo si no supieran manifestar cómo sienten", dijo.
Por último, desde La Capital informaron: "Si no cuestionamos a los niños y niñas heterosexuales, no tenemos por qué cuestionar otras identidades. Ese sentir es el que el Estado debe acompañar y correr el velo del 'adultocentrismo'", agregó, y cerró, emocionada: "Hay que destacar que son infancias felices y lo seguirán siendo en la medida en que sean respetadas sus identidades. Lo vimos hoy con Tito, rodeado de amor, siendo feliz. Yo siempre lo digo: hasta la ternura, siempre".