Un importante registro fotográfico confirmó la presencia del gato andino en Uspallata, uno de los cinco felinos más amenazados del mundo, difícil de estudiar y registrar por los investigadores. De allí que se lo conoce también como “el fantasma de los Andes”.
El registro del Leopardus jacobita (su nombre científico) fue tomado por cámaras trampas, del desarrollo de entrevistas y del análisis genético de heces frescas. Con lo cual vale como aporte para completar vacíos de información sobre su presencia en el valle.
La imagen fue captada por una de las 20 cámaras colocadas en noviembre de 2021, en la Reserva Natural de la Defensa Uspallata, área que se encuentra hasta el día de hoy bajo la protección del Ejército Argentino.
Las mismas forman parte del proyecto de investigación colaborativo entre varios sectores, en el marco de la Reserva Natural de la Defensa Uspallata: la Alianza Gato Andino, Natura Argentina, la Secretaría de Ambiente y Ordenamiento Territorial de Mendoza, el Ministerio de Defensa de la Nación y la Administración de Parques Nacionales.
La foto difundida por las entidades de Gobierno, fue tomada el 15 de junio a las 5.20 de la madrugada. Pero no fue la única especie halladas.
En una revisión rápida al retirar las cámaras en julio, se pudieron observar también otros ejemplares de la fauna de la zona como guanacos, chinchillones, gatos del pajonal, matuastos, aves y roedores.
El gato andino es una especie catalogada como amenazada de extinción en Argentina.
“La zona de Uspallata es clave para delimitar la distribución de la especie en la región, explorar la presencia de poblaciones reproductivas e investigar si existe intercambio genético con las poblaciones del norte”, explicó Rocío Palacios, directora de la Alianza Gato Andino.
Esa información es fundamental para identificar cuáles son las acciones necesarias que favorezcan la conservación a largo plazo de la especie en Los Andes mendocinos.
Hoy se puede confirmar que Uspallata, también es parte del hogar de esta especie en grave peligro de extinción, proveyendo conectividad con los registros obtenidos en la Reserva Natural y sitio Ramsar Villavicencio.
La Reserva Natural de la Defensa Uspallata, donde se realizó el hallazgo, es parte de un sistema integrado por 14 Reservas Naturales de la Defensa que existen en nuestro país, y que protegen más de 650.000 hectáreas de territorio nacional.
Ante este descubrimiento, el secretario de Ambiente y Ordenamiento Territorial del Gobierno de la provincia de Mendoza, Humberto Mingorance, destacó que “El gato andino es una especie trascendental y altamente amenazada. Este hallazgo nos da esperanzas de que pueda haber más ejemplares en la zona de Uspallata, es por ello que queremos preservar el área y sus características culturales, su patrimonio, su historia y sus ecosistemas”.
Por su parte, el presidente de la Administración de Parques Nacionales, Lautaro Erratchú, celebró el hallazgo: “El registro fotográfico del gato andino es una excelente noticia para nosotros, ya que entre nuestros objetivos primordiales está el cuidado de especies amenazadas como ésta y además demuestra la importancia de la presencia del Estado para proteger y conservar el ambiente”.
Mientras que para Lucila Castro, directora de Natura Argentina confió que “Natura viene trabajando en la zona desde 2018 generando espacios de diálogo entre los distintos sectores gubernamentales, académicos y de la comunidad. El trabajo conjunto que permitió este hallazgo es una muestra de ello. Es una oportunidad para pensar un espacio de planificación del territorio, donde se puedan seguir generando diálogos constructivos, para lograr políticas de conservación y sostenibilidad”.
Qué es el gato andino
Es un felino de tamaño pequeño que vive en Perú, Bolivia, Chile y Argentina y es una de las especies menos conocidas a nivel mundial.
Se caracteriza por tener una cola muy larga, gruesa, cilíndrica, de aspecto felpudo y con 6 a 9 anillos anchos de color café oscuro a negro. Su nariz es negra, a diferencia de su pariente, con quien comparte hábitat y con el cuales ocasionalmente confundido, el gato del pajonal, que tiene la nariz rosa.