René Villarroel, es un argentino que se encuentra viviendo desde hace 25 años en Porto Sant Elpidio, Italia. Su trabajo es transportar productos alimentarios, principalmente lácteos, y esta mañana brindó una entrevista a medios riojanos para contar cómo se enfrenta diariamente a la situación sanitaria de su localidad.
"Las medidas de prevención se están intensificando. El virus se esparce como manchas de aceite y no se puede controlar, se está paralizando todo. No nos podemos retirar los barbijos y los guantes para nada, pero todavía vamos a trabajar", comentó mientras realizaba sus tareas diarias.
René explicó que cuando llegan con los productos a destino, les toman la temperatura y recién pueden continuar. Además, no tienen permitido tener contacto con ninguna persona y, una vez entregados los papeles del transporte, deben regresar inmediatamente al camión.
"Los lugares como supermercados y autopistas están abiertos solamente desde las 6 de la mañana a las 18 horas. No se puede ir de una ciudad a otra sin un permiso para trabajo o de urgencia a un hospital. Tampoco puede haber grandes concentraciones de personas y se debe mantener la distancia de dos metros; en los correos, por ejemplo, se toma un número y se espera afuera, otra medida es que no se permite sacar nada de las heladeras, se deben pedir a los empleados".
Las medidas son rígidas, discotecas y bares se encuentran cerrados, como así también la mayoría de restaurantes y confiterías; los partidos de fútbol se juegan a puertas cerradas, sin público. Por el momento, el transporte de mercaderías de primera necesidad funciona con normalidad, pero esperan que se autorice una normativa que parará la actividad para todo tipo de choferes por 21 días.
"Todo el trabajo está bien coordinado, el sistema de salud trabaja normalmente y se nota el trabajo serio de todos. Es toda una Nación tomando precauciones", concluyó René.