Con desechos pesqueros desarrollan una sustancia que ayuda al saneamiento ambiental

El biopolímero actualmente se importa a un elevado costo. Entre sus usos está el tratamiendo de aguas contaminadas.

Investigadores de la UNLP.
Investigadores de la UNLP.

Investigadores de Ia Universidad Nacional de La Plata proyectan el desarrollo de un biopolímero elaborado con desechos de crustáceos para sanear el medio ambiente, que actualmente debe importarse a un alto costo, informó esa casa de altos estudios.

Se trata del quitosano, que se obtiene a partir del tratamiento de exoesqueletos de crustáceos, es biodegradable, no tóxico y tiene numerosas aplicaciones en áreas como la medicina, la biotecnología y en el tratamiento de aguas con alta concentración de arsénico o petróleo.

Integrantes del Departamento de Ingeniería Química de la Facultad de Ingeniería de la UNLP, y del Centro de Investigación y Desarrollo en Criotecnología de Alimentos (CIDCA- UNLP, Conicet, CIC PBA), dirigidos por Noemí Zaritzky, impulsan un proyecto para reducir el impacto ambiental derivado de la actividad industrial.

Los investigadores se proponen optimizar las tecnologías para la obtención de quitina y quitosano a partir de exoesqueletos de crustáceos de la zona de Puerto Madryn de manera que, además de remediar el medio ambiente (los residuos pesqueros son una importante fuente de contaminación), se pueda realizar transferencias al sector industrial.

El equipo ha utilizado los quitosanos para remover la presencia de arsénico en el agua y comprobó que puede absorber colorantes de la industria textil con muy buenos resultados.

Otra característica del quitosano es que sirve para el tratamiento de aguas emulsionadas de petróleo. Su aprovechamiento como forma de remediar el medio ambiente se probó con éxito dentro de la destilería que tiene la empresa YPF en Ensenada.

"El quitosano hoy no se produce en Argentina, hay que importarlo a pesar de tener en nuestro país condiciones para producirlo. El quitosano importado de alta pureza tiene un costo de 600 dólares cada 250 gramos. Nosotros pusimos a punto el proceso tecnológico y nos costaría muchísimo menos producirlo (del orden de 20 dólares el kilo), con lo cual estamos viendo si algún industrial se interesa en poner una planta para aprovechar los residuos pesqueros. Estados Unidos, Japón, China y Brasil tienen plantas productoras", rconcluyó Zaritzky.