La “bóveda del fin del mundo” recibió nuevas muestras de semillas

Situada en uno de los lugares más recónditos del planeta, esta bóveda funciona como un banco de semillas que guarda una diversidad inmensa de ellas, a fin de preservarlas ante eventuales catástrofes mundiales.

La “bóveda del fin del mundo” recibió nuevas muestras de semillas
La imagen de "la bóveda del fin del mundo" situada en una de las regiones más inhóspitas de Noruega.

Es, probablemente, uno de los lugares más inhóspitos del planeta habitado por seres humanos. Estamos hablando de la isla de Spitsbergen, situada en el archipiélago noruego de Svalbard, que está cerca de Longyearbyen, la cual es la ciudad más al norte del mundo.

La "bóveda del fin del mundo" solo abre sus puertas para recibir muestras en determinados días del año.
La "bóveda del fin del mundo" solo abre sus puertas para recibir muestras en determinados días del año.

Allí se ubica el Banco Mundial de Semillas, más conocido como “la bóveda del fin del mundo”, la cual este lunes recibió 22.000 nuevas muestras, surgidas de diferentes países.

Esta bóveda subterránea almacena todas las semillas del mundo y permanece cerrada durante gran parte del año.

Cabe mencionar que durante el verano, las temperaturas no llegan a superar los cinco grados y es por ello que solamente abre sus puertas en determinados días del año para que la exposición a tan extremas condiciones no afecte a sus bancos de semillas.

Asimismo, se prevé que a principios de junio de este año como a finales de octubre, vuelva a recibir muestras de semillas.

Qué guarda “la bóveda del fin del mundo”

Este búnker subterráneo tiene como objetivo preservar la biodiversidad agrícola presente en nuestro planeta y está administrado por la organización internacional Crop Trust, y a su vez por el Centro Nórdico de Recursos Genéticos y el Gobierno de Noruega.

Allí, se almacenan semillas congeladas de todos los cultivos más importantes de la Tierra, con el fin de proteger ese material genético ante un eventual desastre natural, o guerras u otras calamidades.

También, científicos del sitio pueden investigar y analizar el material recopilado para poder realizar experimentaciones y mejoras genéticas a las plantas, con la mira puesta en desarrollar nuevos cultivos.

En la actualidad, se sabe que el número de reservas asciende a aproximadamente 1.125.000 semillas, de las cuales 5.500 son especies variadas, además de 89 bancos de genes.

Otro dato en particular es que en esta “bóveda del fin del mundo” está registrado así el ADN del mundo, siendo las variedades de cultivos de arroz, cebada y trigo como las semillas almacenadas que en mayor cantidad se puede ver entre sus herméticas paredes.

Más de 150.000 muestras de diferentes tipos de trigo, 80.000 de cebada y 50.000 de sorgo dan cuenta de la diversidad que en ella existe.

Se suma a esta lista 40.000 especies de frijol Phaseolus y además 35.000 de maíz y 25.000 de soja. Un dato a tener presente es que no son conservadas las semillas que fueron creadas de forma artificial, por las grandes compañías.

Solo unos pocos días del año se abren las puertas de "la bóveda del fin del mundo", para no exponer a las semillas de su interior a las extremas temperaturas.
Solo unos pocos días del año se abren las puertas de "la bóveda del fin del mundo", para no exponer a las semillas de su interior a las extremas temperaturas.

Para esta oportunidad, la bóveda abrió sus puertas para introducir semillas provenientes de Alemania, Australia, Líbano, Nueva Zelanda, Sudán y Uganda, destacando el sorgo, mijo y el trigo.

La ministra de Desarrollo Internacional de Noruega, Anne Beathe Tvinnereim, declaró: “Funciona como un seguro para el suministro actual y futuro de alimentos y para la seguridad alimentaria local”.