El mundo católico y millones de fieles en todo el planeta están de luto tras confirmarse la muerte del Papa Francisco, ocurrida este lunes 21 de abril a las 7:35 horas (5:35 GMT) en su residencia de la Casa Santa Marta. La noticia, que sacudió al Vaticano, coincidió con las sombrías campanadas de la Basílica de San Pedro, que anunciaron el fallecimiento del Sumo Pontífice.
La partida de Francisco, de 88 años, se produjo luego de más de un mes de complicaciones por una neumonía bilateral. Ayer domingo, en un conmovedor gesto, apareció por última vez en el balcón de la Basílica de San Pedro para impartir su mensaje de Pascuas Urbi et Orbi, desde su silla de ruedas. En ese discurso final, instó al mundo a mantener la libertad de pensamiento y la tolerancia, dejando un mensaje de paz que ahora resuena con mayor fuerza.
La profecía de Fátima y el “Papa Negro”: ¿una coincidencia inquietante?
Con la muerte del Papa Francisco, antiguos presagios y teorías apocalípticas vuelven a cobrar relevancia en redes sociales y medios alternativos. Entre ellas, una de las más comentadas es la llamada “profecía negra” atribuida a la Virgen de Fátima y reforzada por predicciones de Nostradamus.
Según interpretaciones populares de estos vaticinios, la llegada de un “Papa Negro” —no en sentido peyorativo, sino en alusión simbólica al color del hábito o al origen africano del próximo pontífice— sería señal del inicio del fin de los tiempos. Este término ha sido históricamente relacionado tanto con los jesuitas (por su tradicional sotana negra) como con un Papa de origen africano.

Los nombres que resuenan en el cónclave
Ante la inminente convocatoria del Cónclave para elegir al nuevo sucesor de Pedro, ya suenan con fuerza dos nombres de cardenales africanos que podrían asumir el máximo liderazgo de la Iglesia Católica: Peter Turkson, de 76 años (Ghana), y Robert Sarah, de 79 años (Guinea).
Turkson es actualmente presidente del Pontificio Consejo para la Justicia y la Paz y ha sido un firme defensor de las causas sociales y ambientales, alineado con la visión de Francisco. Su nombre cobra fuerza, no solo por sus credenciales, sino también por la intención del Vaticano de acercarse aún más al continente africano, una región profundamente afectada por conflictos tribales y desigualdad, pero con creciente influencia religiosa.
En tanto, el cardenal Sarah es considerado una figura conservadora, con fuerte presencia espiritual, y aunque su perfil es distinto al de Francisco, su nombre también figura entre los posibles papables.

Actualmente, 133 cardenales tienen derecho a voto en el Cónclave, de los cuales 33 son africanos. La posibilidad de que uno de ellos sea elegido como el próximo Papa ha reactivado las discusiones en torno a la mística profecía de Fátima, que —según ciertas interpretaciones no oficiales— advertía sobre una etapa oscura en la Iglesia precedida por un líder “distinto” que marcaría la transformación del catolicismo tal como se conoce.
Si bien desde el Vaticano no se han hecho declaraciones al respecto, expertos y creyentes coinciden en que este tipo de mensajes deben interpretarse con cautela y sin caer en el alarmismo. La elección de un Papa siempre ha representado un momento de esperanza, renovación y reflexión profunda dentro de la Iglesia.
