No es el 8 de diciembre: cuándo armar el árbol de Navidad según el Feng Shui para activar la energía del hogar

El Feng Shui propone un momento específico y ciertos cuidados para que la energía navideña acompañe el cierre del año y el inicio del próximo.

No es el 8 de diciembre: cuándo armar el árbol de Navidad según el Feng Shui para activar la energía del hogar
Cuándo armar el árbol de Navidad según el Feng Shui para activar la energía del hogar

Para la filosofía oriental del Feng Shui, el armado del árbol de Navidad no es solo una tradición decorativa: funciona como un activador de energía, capaz de atraer prosperidad, armonía y buena fortuna. Por eso, elegir cuándo colocarlo y cómo decorarlo puede influir en la vibra general de la casa.

¿Qué día recomienda el Feng Shui?

Aunque la costumbre cristiana marca el 8 de diciembre como la fecha oficial, el Feng Shui sugiere adelantar el ritual y hacerlo en los primeros días del mes. Este período representa un momento de renovación, luz y apertura de ciclos, propicio para incorporar símbolos que reflejen crecimiento y buena energía, como el árbol navideño.

árbol de Navidad
árbol de Navidad

El significado del árbol dentro del Feng Shui

Dentro de esta práctica, el arbolito tiene un papel central: simboliza la fuerza para iniciar nuevas etapas y actúa como un punto de encuentro familiar.

Para quienes todavía no lo armaron, se recomienda elegir árboles de buena calidad, ya sean naturales o artificiales. En caso de optar por uno natural, es preferible que tenga raíces, ya que luego puede replantarse y seguir creciendo después de las fiestas.

Colores y materiales: claves para una decoración equilibrada

La decoración es otro elemento fundamental. Para potenciar la energía positiva, el Feng Shui aconseja utilizar una paleta basada en verde, rojo, dorado y tonos tierra, acompañada de elementos naturales como piñas, ramas, madera o telas orgánicas.

árbol de Navidad
árbol de Navidad

El objetivo es crear un ambiente cálido y equilibrado, evitando la sobrecarga visual. Las luces suaves son ideales: deben acompañar la atmósfera del espacio sin resultar invasivas.