Para diciembre anunciaron la reactivación del Paso Rosales, ubicado a la altura de San Pedro, el cual había bajado sus barreras a mediados de este año. Sucedió que, a pesar de ser una infraestructura que permite llegar más rápido a las playas sureñas del vecino país, hubo poco tránsito.
El área de migraciones del lado brasileño, en el Estado de Santa Catarina de esta conexión, fue inaugurada en noviembre del año pasado para todos aquellos que quisieran visitar otro destino más allá de San Miguel Do Oeste, el más cercano. Sin embargo, las autoridades decidieron que dejase de funcionar en junio de este año, alegando que había poco flujo.
Durante la temporada de verano fueron muchos los que hicieron uso de este paso internacional con el objetivo de ir a vacacionar. Sin embargo, con el correr de los meses, el número de personas se redujo notablemente llegando a registrarse unas 20 por semana.
A raíz de esta situación, los responsables de migraciones de la cabecera brasileña precisaron que no resultaba fructífera la funcionalidad de dicho puesto fuera de la temporada veraniega, donde sí se acentúa el número de pasantes.