La estructura de Argentina no es la misma que hace 10 años atrás. Si bien el empleo público escaló en números, el sector privado quedó rezagado notablemente, una mala señal para la economía de cualquier país.
Según un análisis de las Estadísticas de la Situación y Evolución del Trabajo Registrado (SIPA), entre octubre de 2012 y 2022, la cantidad de empleados públicos pasó de 2,65 millones de personas a 3,38 millones de personas, es decir, un 27,7% más, mientras que el empleo privado se incrementó un 2,8%, lo que representa 168.000 personas. Además, la cantidad de monotributistas aumentó un 40% en ese período, esto es igual a un total de 544.000 personas.
Con respecto a los sectores que crecieron, el informe identifica a la Informática, Alimentación, Educación, Servicios sociales, Seguridad y Limpieza. En esa misma línea, destaca el avance del sector de Explotación de minas y canteras.
Las razones que explican este aumento son las decisiones y compromisos de los gobernantes para con sus votantes, la mayor paga en el ámbito público y la estabilidad de permanencia en el puesto de trabajo.
Por qué preocupan estas estadísticas
A pesar de que creció el empleo público, este no es un panorama alentador para la macroeconomía ya que aumenta el gasto público. En el transcurso de estos años, se creó una imagen negativa del sector privado, el cual se encuentra aletargado y castigado por las sucesivas medidas económicas y la falta de confianza por la inestabilidad, inflación, recortes en la importación de insumos que requiere para su crecimiento.
Cabe destacar que, en su mayoría, el sector industrial hace partícipe a otros sectores, como por ejemplo el agropecuario.