La exprimera ministra británica Margaret Thatcher (1925-2013) rechazó en 1979 un plan de la diplomacia inglesa para entregar la soberanía de las Islas Malvinas a la Argentina, similar al que Gran Bretaña había pautado con China por el enclave colonial de Hong Kong.
Esto fue revelado treinta y cuatro años después por el ex secretario del gobierno Jonathan Aitken en su nuevo libro, "Margaret Thatcher: Poder y personalidad", que fue publicado en octubre de 2013.
Aitken reveló que tres semanas después de haber asumido por primera vez al frente del gobierno británico la llamada "Dama de Hierro", por entonces de 54 años, se reunió en su residencia oficial de Chequers, al norte de Londres, con funcionarios del Foreign Office (cancillería británica).
Hasta allí fueron el entonces ministro de Exteriores lord Peter Carrington y el diplomático Willie Whitelaw. Ambos estaban a favor de un plan de entrega de la soberanía de las Malvinas a la Argentina, del mismo modo que Londres negociaba con China la soberanía de Hong Kong.
"Thatcher reaccionó furiosa a la propuesta, acusando a los diplomáticos de ser todos blandos", escribió muchos años después Aitken, que sirvió en el gobierno de la premier conservadora, fallecida el 8 de abril de 2013.
Carrington, que renunció como canciller luego del desembarco argentino a las Malvinas en abril de 1982, reveló a Aitken que la baronesa Thatcher "bloqueó" todos los esfuerzos del diplomático y de su segundo, Nicholas Ridley, para llegar a un acuerdo con Buenos Aires.
El ex canciller contó en el libro: "Ella tomó la palabra y no dejó de hablar, acusándonos en el Foreing Office de querer regalar posesiones británicas". En tanto, el esposo de la mandataria, sir Dennis Thatcher, "enfrió la situación", al decirle a su esposa: "Creo que estás siendo algo extravagante, querida".
Sin embargo y a pesar de las acusaciones de Thatcher, Carrington persistió en sus esfuerzos por hallar una solución, y le escribió oficialmente días después a la "Dama de Hierro" reiterándole que la mejor solución era "una forma de subarrendo" de las Malvinas a Argentina.
El hecho ocurrió tres años antes de la Guerra de Malvinas (1982), cuando Argentina y Gran Bretaña se enfrentaron en un conflicto bélico de 74 días por la soberanía del archipiélago del Atlántico Sur, que tuvo como saldo la muerte de 649 militares argentinos, 255 británicos y 3 civiles isleños.
Las Malvinas no son las únicas islas colonizadas por el Reino Unido que se transformaron en foco de disputa con otros países en el siglo XX. El caso de Hong Kong, colonia inglesa durante más de 150 años, tuvo orígenes similares, aunque desembocó en un desenlace completamente diferente.
Para el investigador en geopolítica Manuel Paz, el caso de Hong Kong tiene especial relación con el conflicto entre la Argentina y Gran Bretaña. En su libro De Malvinas a Hong Kong (EUDE) desarrolla un ensayo con el que asegura que la guerra de Malvinas "ayudó" a China a recuperar la península de manos de los ingleses.
Hong Kong había pertenecido a China desde la prehistoria hasta mediados del siglo XIX. En 1842 había pasado a manos inglesas a través de un conjunto de tratados que resultaron de la derrota china frente al Reino Unido en las guerras del opio.
En los años 70, China inició contactos con Gran Bretaña para recuperar Hong Kong. Y según revelaron colaboradores de Thatcher décadas después, la “Dama de Hierro” nunca se opuso del todo porque entendía que su país podía pasarlo muy mal ante el poderío militar chino.
Además de la guerra por Malvinas, 1982 fue también el año del comienzo de las negociaciones formales que llevaron a que el 1 de julio de 1997 Hong Kong dejase de ser colonia y se transformara en Región Administrativa Especial de la República Popular China.