El mundo Boca atraviesa horas difíciles. El fallecimiento de Miguel Ángel Russo, ocurrido este 8 de octubre, sacudió no solo a la institución, sino al fútbol argentino en general. El DT venía afrontando varios problemas de salud en el último tiempo, lo que lo llevó a una internación en su hogar, donde pasó sus últimos días rodeado de su familia.
Boca sin Russo
Sin Russo presente físicamente por cuestiones de su salud, los entrenamientos venían siendo dirigidos por sus colaboradores Claudio Úbeda y Juvenal Rodríguez, aunque las decisiones más relevantes continuaban bajo la conducción del cuerpo técnico completo, encabezado por el histórico DT.
Ahora, con su fallecimiento, Boca no solo pierde a su entrenador, sino también a una de las figuras más emblemáticas de su historia reciente: el hombre que devolvió al club la Copa Libertadores en 2007 y que, en su segunda etapa, supo reconstruir al equipo en tiempos de transición.
Tensión interna y el caso Fabra
En medio de este panorama emocionalmente complejo, el plantel también atraviesa conflictos internos. Según informó el periodista Leandro Aguilera en TyC Sports, el lateral colombiano Frank Fabra, uno de los jugadores con más años en el club, fue marginado del equipo a raíz de un pedido inesperado y que parecería ser que Russo habría tenido en cuenta: no volver a jugar en La Bombonera.

El futbolista de 34 años habría solicitado al cuerpo técnico no ser tenido en cuenta como local, debido al clima hostil que percibe de parte de los hinchas. Según reportó Bola VIP, su relación con la tribuna se deterioró en el último tiempo, y su pedido no cayó nada bien ni en los entrenadores ni en la dirigencia encabezada por Juan Román Riquelme, quien siempre lo había defendido públicamente.
Esto queda confirmado con el posteo que realizó Planeta Boca, donde se aseguraron: “Fabra no será convocado en Boca vs. Newell’s y su ciclo está cumplido”.
Como consecuencia, todo indica que Fabra no volverá a vestir la camiseta de Boca. El defensor, con contrato vigente hasta diciembre de 2025, se marcharía en condición de libre una vez finalizado su vínculo, cerrando así una etapa de casi una década en el club.