La bajante del río Paraná lleva 700 días en esa situación, con algún que otro ascenso durante ese tiempo, pero la tendencia sigue siendo en bajante. El pasado sábado marcó una merma de 46 centímetros a la altura de la ciudad de Corrientes, en la Capital donde se encuentra el puerto correntino.
Así lo informaron autoridades de Prefectura Naval delegación Corrientes. La situación perjudica la navegabilidad de navíos que deben extraer producción primaria de Corrientes y al otro lado de la orilla del Paraná, en Chaco, el drama es más complicado porque la bajante complica la provisión de agua potable para algunas zonas de la vecina provincia.
También la pesca comercial se ve afectada por la bajante. Desde la costanera correntina se aprecia un paisaje desde hace meses; bancos de arena sobre la superficie del Paraná y una playa amplia del lado chaqueño.
La bajante ocurre por falta de lluvias sobre la cuenca del río Iguazú que repercute en sus afluentes: Paraná y Paraguay. A su vez, las represas brasileñas desde hace meses no cuentan con las reservas de aguas necesarias para realizar descargar especiales, como se hizo el año pasado para paliar la problemática.
Las represas en el vecino país estaban en el promedio de embalse de 42%; por su parte, Yacyretá, que en enero pasaba 13 mil metros cúbicos por segundo de agua, descendió hasta los 6 mil.