“La guitarra de árboles”: el gesto de amor cordobés que trascendió el tiempo y las fronteras

Se encuentra en “Estancia La Guitarra”, en la localidad de General Levalle. El sembrado esconde una memorable historia romántica.

“La guitarra de árboles”: el gesto de amor cordobés que trascendió el tiempo y las fronteras
Estancia La Guitarra, Córdoba.

“La guitarra de árboles” es una de las obras cordobesas que más miradas atrae de propios y ajenos. El sembradío se ubica en la Estancia La Guitarra, en la localidad de General Levalle, y esconde una verdadera historia de amor, digna de ser recordada en el Día de los Enamorados.

“La guitarra de árboles”, un plantación que sorprende a cordobeses y extranjeros

“Un hombre en Argentina plantó un bosque en forma de guitarra de 7.000 árboles, y más de un kilómetro de longitud, en memoria de su esposa que amaba la música”, contó una vez un locutor canadiense cuando se enteró que existía el sembradío tan particular.

Es que, el monumento ha trascendido fronteras y llegó a cientos de interesados del mundo que se interesaban por la historia que lo envolvía.

El posteo de Eric Alper, corresponsal de música en Canadá.
El posteo de Eric Alper, corresponsal de música en Canadá.

La historia detrás de “La guitarra de árboles”

La escultura fue realizada por el ya fallecido productor agropecuario Pedro Martín Ureta, en homenaje a su póstuma esposa Graciela Yraizoz. La obra forestal fue realizada en 25 hectáreas, contiene más de 7.000 árboles y puede verse desde Google Earth.

La guitarra está construida por cipreses californianos en sus contornos, lo que le da desde las alturas un color verde oscuro. Las cuerdas, en tanto, están hechas con eucaliptos medicinales de tono azulado, y el puente, como la estrella que decora la huella de la guitarra, está delineado por pinos cipreses de piña.

Cuando los árboles se plantaron, a fines de los 70, tenían entre 15 y 25 centímetros de altura. Alcanzaron su tamaño definitivo y su madurez unos 35 años después de la muerte de Graciela y, desde entonces los detalles y contornos del instrumento están bien visibles desde lo alto.

La historia cuenta que, en los ‘70, Graciela sobrevoló la zona y se dio cuenta de que una granja cercana tenía forma de un cubo de leche. Más tarde, le preguntó a Ureta, su esposo, si podían darle forma de guitarra a sus campos para celebrar su amor por este instrumento.

Graciela murió intempestivamente en 1977, a los 25 años de edad, luego de sufrir un aneurisma cerebral mientras estaba embarazada. Tras el deceso, en 1979, Ureta y sus cuatro hijos comenzaron a diseñar el bosque y el jardín en forma de guitarra para honrar la memoria de su esposa y madre.

Hoy, la guitarra de árboles se ha ganado el reconocimiento local e internacional como símbolo de un gran amor. Incluso, la NASA ha documentado el campo con el Radiómetro de Reflexión y Emisión Térmica Avanzada del Espacio (ASTER) en el satélite Terra.