Agustín Aguimbau vivió un sueño en el Mundial de Qatar 2022. Es de Calchín, el pueblo de Julián Álvarez, vio desde las tribunas como convirtió el gol ante Polonia en su debut como titular, y se llevó un premio extra: los guantes de Emiliano Martínez, héroe en la definición por penales ante Países Bajos.
Con 37 años y fanático de Belgrano, según le conté al diario Olé, fue por nueve años el encargado del bar vecino a la casa de los Álvarez, el que durante dos décadas atendió Manada, el abuelo de Julián. “Se crio al lado del local. Estaba todo el día jugando al fútbol con sus hermanos”, rememoró.
En Qatar se quedó sin recursos para el partido Argentina-Polonia, y el padre del Araña le consiguió tickets. “Fue un sueño. Cuando me dio las entradas al papá de Juli le dije: ‘El pibe hoy hace un gol’. Y así fue”, se emocionó en el relato.
ATAJÓ LOS GUANTES DEL DIBU
Aquel triunfo ante Polonia con gol de Álvarez, tendría un regalo más para Agustín. “Antes de irnos vemos que Dibu Martínez se acerca a la tribuna con los guantes en la mano. ¡Los iba a tirar! Nosotros pensamos que iban a caer ahí adelante, donde estaban los hinchas agolpados, pero él los revoleó, les pasó por arriba a todos los que estaban en primera fila... ¡y me cayeron a mí”, deliró.
“Son un tesoro. Los guardé en el hotel bajo llave y ahora están en la casa de mi viejo, en Córdoba Capital: ni loco los saco”, avisó. Y menos con las plusvalía de los penales atajados contra Países Bajos, para la clasificación a semifinales.