Javier Pretto, viceintendente electo, fue expulsado del PRO tras un proceso jurídico interno en el que se dio por sentado que con su alianza con Hacemos Unidos por Córdoba, “cuya columna vertebral es el peronismo”, traicionó al partido que por entonces presidía al buscar, con su pase, afectarlo electoralmente.
De acuerdo con la resolución del tribunal de disciplina del PRO, Pretto incumplió con sus “obligaciones partidarias”, ya que como presidente de ese partido había firmado la constitución legal de Juntos por el Cambio y aceptado ejercer la “representación política” del partido, privilegando “intereses opuestos” a los que se había comprometido a asumir al ser una autoridad del PRO, nada menos que su presidente.
Sostienen además que el vice intendente electo generó “daño de una magnitud inconmensurable en términos políticos” al abandonar su cargo sin previo aviso en aquel tenso cierre de listas de la oposición, motivo que fue considerado suficiente para aplicarle la expulsión, que es la máxima sanción prevista para un afiliado.
Ahora dispone de cinco días hábiles para formalizar una apelación ante la asamblea provincial del PRO, máximo organismo del partido amarillo. Si no lo hace, la expulsión quedará firme, y la Justicia Federal deberá eliminarlo del padrón de ese partido. Consultado por La Voz, prefirió no hacer declaraciones por el momento.
QUÉ PASARÁ CON MYRIAM PRUNOTTO EN LA UCR
En paralelo a la expulsión de Pretto formalizada por el PRO, aumenta la presión a la Unión Cívica Radical para que actué en la misma dirección con Myrian Prunotto. La vicegobernadora electa está afiliada a la UCR y en el PRO esperan que sus socios en Juntos por el Cambio actúen en sintonía, para ordenar la oposición.
Prunotto acompañó en la fórmula peronista a Martín Llaryora y a lo largo del todo el proceso se anunció a sí misma como la primera vicegobernadora radical, algo que podría frustrarse si es expulsada antes del 10 de diciembre, fecha de su asunción.