Finalmente, luego de cinco años la Justicia de Córdoba ordenó a una clínica privada que en un plazo de 30 días presente un protocolo para la implementación del “parto respetado y con perspectiva de género” luego de que una mujer realizara una denuncia por violencia obstétrica, informaron fuentes judiciales.
Justamente la joven habló este miércoles y reconoció: “Yo sentía que se me burlaban, que se me reían en la cara”. En el momento de la denuncia, indicó que no le hicieron monitoreos, ni ecografías, la dejaron en la cama de la guardia, y no le dieron la atención correspondiente ni la llevaron a la sala de parto.
“Me tuvieron seis meses dando vueltas mientras todos se lavaban las manos. Después de ese tiempo pude saber lo que había pasado con mi beba”, apuntó la joven en declaraciones a El Doce.
“Cuando pasó lo de mi hija me dijeron que vuelva a los 15 días a buscar los papeles de la autopsia, pero recién a los seis meses pude conseguir la historia clínica”, detalló.
Y agregó: “Ellos me decían que para qué quería reclamar un feto. Yo quería la partida para enterrarla y me respondían que no porque era un feto, que no era necesario”.
El fallo corresponde a la jueza de Niñez, Adolescencia, Violencia Familiar y Género, Mariana Wallace, a partir de la denuncia que formuló la mujer por “violencia obstétrica, física y psicológica”, cuando parió a su hija a los seis meses de embarazo y que, según le dijeron los médicos de la clínica privada donde se atendió, nació muerta.
La respuesta de la clínica
Luego de que este miércoles se conociera el caso, desde la Clínica del Sol emitieron un comunicado dando a conocer su postura.
“Reiteramos por esta vía algo que ya hemos dicho en el expediente judicial respectivo: lamentamos lo ocurrido con la paciente y la acompañamos en su dolor, como lo hemos hecho desde el primer día de su atención. En la clínica existen protocolos internos que se condicen con los estándares protectorios hacia la mujer”, señalaron en el escrito.
En tanto, concluyeron: “La confidencialidad de la información y el secreto profesional impiden contestar públicamente y de manera detallada los hechos y las consideraciones que se han publicado; con los cuales discrepamos. Además, para no prolongar la situación, ni generar una revictimización de la paciente en algo que ha sentido en su fuero más íntimo, a sabiendas del dolor que genera la pérdida gestacional, hemos decidido no recurrir la sentencia, a pesar de que, desde nuestra institución entendemos que el proceder profesional y humano fue correcto y adecuado”.