El COVID, la pandemia, la cuarentena... atravesó al mundo entero. El fútbol no fue una isla y la actividad en general padeció el confinamiento. Dentro de este contexto, a Belgrano se le tornó más complejo: debió cancelar los festejos de su aniversario 115, postergar la fecha de elecciones por un año y fue el primero en sentir en carne propio la crudeza de jugar a puertas cerradas, el primer “partido fantasma” en Córdoba.
“Nadie imaginaba algo así. Podía haber una cuarentena pero más corta, y no la locura de casi un año, con los tres o cuatro primeros meses tan estrictos”, expresó Sergio Villella, por entonces vicepresidente de la comisión directiva en funciones en Belgrano, que encabezaba Jorge Franceschi.
“Dentro de la problemática que nos afectaba a todos por el cierre completo de actividades, en el club la orden que dio el presidente (Jorge) Franceschi fue la de priorizar el pago de los sueldos a los empleados, que eran 200 personas, y al plantel, en el que no se aplicaron quitas y sólo se produjo un retraso en el pago de las primas de los 10 principales jugadores”, explicó Villella.
Belgrano se apretaba a celebrar sus 115 años el 19 de marzo de 2020. Y la idea novedosa era la de intervenir monumentos y sitios emblemáticos de Córdoba, con el parche de Pirata tan distintivo. Había autorización de la Municipalidad y era una gran sorpresa para los hinchas Celestes. La cuarentena suspendió todo, y recién se pudo materializar la idea un año después, cuando la dirigencia ya había cambiado, y Luis Fabián Artime era el flamante presidente. Además, Belgrano y su gente debieron pasar por un sinnúmero de situaciones extras.
EL COVID CAMBIÓ LA FECHA DE ELECCIONES EN BELGRANO
En abril Belgrano tenía previstas las elecciones para el recambio de autoridades, con la pulseada política entre el Luifa Artime y Armando Pérez. La cuarentena obligó a modificar el cronograma electoral, sin fecha en firme.
“Recién pudieron celebrarse en febrero de 2021.Tuvimos que administrar la cuarentena casi un año en medio de una incertidumbre total. Con egresos de 40 e ingresos por ocho, esa era la proporción porque los recursos se habían limitado”, recordó Villella.
“Fue un desgaste tremendo. Había una situación particular, el cobro del pase de Matías Suárez a River. Con ese ingreso habíamos calzado el presupuesto. Eran 900 mil dólares que de pronto, no se cobraron. Llegué a llamar tres veces por día para activar los cobros, hasta los fines de semana. River tenía atrasos con otros proveedores, ya su vez al club también le debían y no podía cobrar. Hasta que logramos destrabarlo, por gestiones de Ignacio Villarruel, actual vicepresidente segundo de River. Tanto insistir, hasta terminamos en buena relación”, destacó.
“Con ese ingreso, más la venta de Bruno Amione a Italia a fin del año 2020, logramos transitar lo que quedaba de mandato y entregar el club saneado, sin deudas y hasta con algo de dinero en caja. Y con juicios por cobrar, como los de Cuti Romero y Lucas Zelarrayán. Hasta Andrés Fassi resaltó que fuimos una de las pocas dirigencias en entregar el club en orden tras la pandemia”, enfatizó el exdirectivo.
LOS HINCHAS-SOCIOS, EL SOSTÉN DE BELGRANO
La masa societaria y los abonos anuales, como así también la venta de jugadores, son la principal fuente de ingreso en Belgrano y en la mayoría de los clubes. “Al momento de iniciarse la cuarentena teníamos el aforo completo en Alberdi, unos 29 mil socios. Y a lo largo de la inactividad, nos mantuvimos en 20 mil. Hinchas que siguieron pagando la cuota cada mes, más allá de las dificultades. El agradecimiento a su esfuerzo es total, Belgrano siguió en pie por ese aporte”, resaltó Villella.
Los socios pagaban sin saber cuándo podrían volver a ver al Pirata en cancha. Un noche, avanzada ya la cuarentena, el 19 de abril, hubo un sorpresa y a la vez un tributo. Se encendieron las luces del Gigante y desde sus despobladas tribunas se alzaron los cánticos y gritos de un partido “como los de antes”, durante 90 minutos y en el equipo de sonido del estadio. Como para refrescar en tiempos difíciles, lo que es el aliento en Alberdi.
Esos mismos hinchas que no pudieron asistir al partido programado entre Belgrano y Platense, el 15 de marzo y por la Primera Nacional. Fue el último encuentro que se disputó en Córdoba antes del confinamiento, un partido de los denominados “fantasmas”, con tribunas desiertas. El siguiente compromiso, contra Independiente Rivadavia, estaba programado para el 22 de marzo...
UN PARTIDO QUE DEBIERON JUGAR TODOS EN BELGRANO
Sergio Villella remarcó el esfuerzo que significó mantener los sueldos del personal, sin retrasos ni quitas. “Cuando nos fuimos del club, hubo una despedida muy emotiva en el predio de Villa Esquiú. Y los empleados reconocieron esa actitud y compromiso”, señaló.
Con los futbolistas ocurrió lo propio. “A los más chicos se les respetó el sueldo. A los 10 principales jugadores del plantel también. Sólo que en las primas hubo un retraso del 50 por ciento, que lo cobraron a los 60 días. Ellos entendieron la situación y lo aceptaron. Belgrano fue de los pocos clubes que nunca dejó de pagar, y sin quitas. Hasta en River hubo rebajas de hasta el 25 por ciento”, observó.
¿Cuál fue la fórmula? No había muchas alternativas. “Frenamos las obligaciones impositivas. Recibimos ayuda de la AFA, (Claudio) Chiqui Tapia se portó bien, porque consiguió que la televisión siguiera pagando los contratos, y el Gobierno aportó el IFE (Ingreso familiar de emergencia). Con todo, alcanzaba apenas para la básico”, detalló.
“También fue valorable el gesto de los sponsors-añadió- Alguno como Tersuave, que acompañó al club 20 años, terminaba el contrato en junio y lo mismo siguió pagando. Había que aferrarse a todo porque los recursos eran escasos, con el fútbol parado y las actividades cerradas. Nosotros habíamos empezado con la tienda República de Alberdi, y estuvo cerrada prácticamente todo el año, sólo con ventas online. Y con las mismas obligaciones. Empleados, plantel, estructura de Divisiones Inferiores con 400 chicos, 40 de ellos en la pensión”, recapituló.
Y se dio espacio para la reflexión. “Por fortuna Belgrano no fue de los más afectados por el Covid. La mayoría no lo padecimos, incluyendo a los directivos. Perdimos a Luis Albarracín (intendente del estadio) y sabemos que mucha gente lo sufrió. Aún así mantuvimos el club en pie. Las primeras reuniones en AFA eran por zoom, y veía las dificultades de la mayoría. Fue una tremenda experiencia, un aprendizaje al extremo. Muchas noches nos fuimos a dormir con la angustia de no saber que pasaría al día siguiente”.