Seba Crismanich: A Córdoba la guardo en un lugar especial de mi corazón

Representando a la UNC, el correntino fue oro olímpico en Londres 2012. En Buenos Aires 2018 fue uno de los Athlete Role Models.

Sebastián Crismanich, oro olímpico en Londres 2012.
Sebastián Crismanich, oro olímpico en Londres 2012.

Hace seis años atrás, en Londres 2012, emocionó al país entero cuando puso a la bandera argentina en lo más alto del taekwondo olímpico. Y Córdoba lo vivió de una manera muy especial. El correntino, quien había llegado a la ciudad a estudiar en la UNC, conseguía la medalla de oro representando a Universidad Nacional de Córdoba. Hoy, Sebastián Crismanich, transmite los valores del olimpismo y en Buenos Aires 2018 fue uno de las athletes rol models. Pero no se olvida del lugar que lo vio crecer como deportista.

"A Córdoba la guardo en un lugar especial de mi corazón. Añoro muchísimo esos momentos y vivir todo lo que he vivido en Córdoba. Si bien fue duro como cualquier carrera de alto rendimiento, pero el hecho de estar muy lejos de mi familia me hizo poder encontrar nuevas familias también ahí", dice a Vía Córdoba el campeón olímpico.

Y agrega: "Son cosas que sé que no voy a volver a repetir, son experiencias únicas que me han hecho crecer a pasos agigantados. Vivir solos, con mi hermano, arreglándonos solos, entrenando en condiciones que no eran las mismas en las que entrenaban los otros atletas me fortaleció más. Y, en el momento de lograr esa cereza del postre, disfrutarlo mucho más por la manera en que lo hicimos".

Hace muy poquito, Seba estuvo realizando un campus de entrenamiento en distintas ciudades de la provincia y confiesa que no ve la hora de volver. Tener una de sus academias de taekwondo en la ciudad sería una manera de estar más vinculado con un lugar tan cercano en sus afectos.

"Tengo academias en Corrientes capital, en el interior de la provincia y en Buenos Aires. Me gustaría que el tercer escalón fuese Córdoba, para tener la excusa de volver constantemente y poder llevar actividades a cabo allá", cuenta Crismanich.

Y continúa: "Es una provincia en la que tengo mucha gente querida, mucha gente que me ha dado una mano y que ha hecho tanto por mí. El tiempo que pasé en Córdoba representa una parte muy importante en mi vida y en mi desarrollo. Quiero seguir teniendo un vínculo constante con la provincia".

El correntino se dedica hoy a devolver un poco de lo recibido. Y cree que lo logrado no tiene que morir en una medalla olímpica o en un resultado logrado. "Creo firmemente que todo lo que somos, lo que hemos aprendido y en lo que nos hemos transformado sirve para mucho más, sirve para ayudar a otros chicos que vienen en el proceso, sirve para muchas acciones sociales", reflexiona.

El oro olímpico en Londres 2012 forma parte de varios programas sociales y uno de ellos, el que más lo enorgullece, es la huella Weber. Allí apadrina el Centro de Enfermedades Raras en el Chaco y la casa Garrahan. "Esas son cosas que van a quedar de por vida y que van a ayudar muchísimo a la sociedad, que hoy tanto lo necesita, lugares que están tan postergados. Esa no deja de ser la realidad de mi región; entonces, poder concretar un edificio, hospitales, comedores, lugares de entrenamiento para que la gente pueda estar un poquito mejor me enorgullece mucho", indica.

Qué es ser athlete role models

El athlete role model está encargado de llevar adelante actividades internas y externas de la competencia. Pasan mucho tiempo en la Villa Olímpica compartiendo juegos y charlas e intentando transmitir la experiencia vivida a los más jóvenes, para que ellos también puedan disfrutar de la mejor manera posible un Juego Olímpico (en este caso de la Juventud).

"Es mucha presión, sobretodo para los argentinos que están jugando de local. Intentamos darles algún consejo o que nuestras palabras pueden allanar un poquito ese camino hacia encontrar un mejor rendimiento. Difundimos el deporte, el olimpismo, los valores y que cada uno al retornar a su casa pueda llevarse la mejor experiencia posible", cuenta Seba.

Y cierra:  "Ellos tienen apenas 15 ó 17 años y la verdad que un Juego Olímpico es algo realmente importante en la vida de cada uno, pero también una enorme responsabilidad, un enorme compromiso que uno siente de poder representar a su bandera, sabiendo que todo un país está pendiente de cómo le va a cada uno".