Recordando a Ariel Ferrari: entrevista en su casa, en 2013

Su salud lo había complicado en 2012, pero no perdió su optimismo y se preparó para volver a los escenarios con un tema nuevo que lo decía todo: De nuevo en pie.

Recordando a Ariel Ferrari: entrevista en su casa, en 2013
Ariel Ferrari

El lunes arranca con una gran tristeza para la música de Córdoba,

con la noticia de la partida de un cantor popular entrañable como Ariel Ferrari.

Ubicado entre los pioneros del ritmo popular cordobés, Ariel hizo su casa y su familia San Vicente, curiosamente a muy poca distancia del "monumental" Sargento Cabral.

Allí estuvimos de visita, en 2013, cuando Ariel se recuperaba de un trance complicado por una diabetes que obligó a la amputación de una de sus piernas y que lo puso ante uno de los momentos más difíciles de su vida. Acompañado por su familia (con hijos que siguen su legado en la música), en ese 2013, Ferrari preparaba su regreso, para cantar a sus amigos estaba "de pie".

Aquí, la nota que le hicimos en aquella ocasión y que compartimos, para recordar a un artista popular.

Los que hemos vivido alguna vez en San Vicente sabemos muy bien lo que es la República en enero, a la hora de la siesta y hasta podríamos bromear que es una aventura sólo para valientes, pero lo valiente es sobreponerse a los malos momentos que nos cruza la vida y más todavía si las cosas se encaran con el buen humor y el espíritu alegre que regala Ariel Ferrari, una gloria del cuarteto que no se rinde y que arma con paciencia su año 2013.

"Estamos saliendo, hemos pasado un año muy difícil", nos dice Amalia, su esposa, en la despedida luego de una charla interminable, en la casa del cantante, en barrio San Vicente. La diabetes que lo tuvo a maltraer se complicó con una úlcera en su pierna izquierda y sus médicos tuvieron que amputar para salvarle la vida, en junio de 2012.

El mal momento va quedando atrás y Ariel "Triunfador" ya está lleno de proyectos, como el baile de mañana en la Sociedad Belgrano, para celebrar su cumpleaños y anticipar lo que se viene, el nuevo disco: "Está relacionado con lo que me pasó, pero la canción no habla en sí de mi problema de salud", comenta respecto de De nuevo de pie, el tema que le da nombra al CD que podría estar a la venta a fines de febrero.

Así como otros cantantes cuarteteros son una máquina de nombrar barrios y localidades, Ferrari recuerda con exactitud los nombres de todas las personas del ambiente que conoció en más de medio siglo en los escenarios. Conversando, nos metimos en una carrera larga que forma parte de la historia viva del cuarteto porque se inició en los tiempos en que el ritmo cordobés iba tomando cada vez más envión.

–¿Cuál fue su primera orquesta?

–Yo soy de Pilar, empecé a los 12 años con Don Victoriano Pugliá de Laguna Larga, donde había 10 ó 12 orquestas... estuve muy poquito pero lo guardo en mi corazón porque fueron mis primeras armas en la música. De ahí entré a Los Bohemios con Pedro Ponte... habré tenido 13 años. Allí estaba uno de los violines de La Leo, José María Salvador Saracho y vinimos a hacer audiciones a LV2 cuando estaba en la Maipú, que era angosta. Trabaja en una estación de servicio y viene Saracho y me dice ‘che, Pepino’, porque allá en Pilar me conocen por Pepino, ‘por qué no te venís a Córdoba, que estamos formando un cuarteto, estilo Leo y vos serías justo para la orquesta’. Me vine y ensayamos en la Avenida Olmos 81, en los estudios de Eduardo Baravalle. Sin grabación y sin nada, trabajábamos un montón y después me paso a Don Chicho porque se va Rolán a La Leo. Estuve con ellos nueve años, estaban los chicos que después hicieron Chébere...

Pizzichini, el Huesito, el Pato Lugones. Ahí viví una experiencia muy linda porque trabajamos toda la campaña, íbamos a la Cervecería Córdoba. Después me vino a buscar el papá de Berna y estuve seis años, con Berna el Pibe de Oro. Allí fueron mis mejores éxitos, se vendían millones de disco, en serio. Entré después de Carlitos Jiménez, que estuvo en los inicios. Berna era algo sensacional, como es Sabroso ahora, hacíamos matiné en la Belgrano, que fue el club en donde más actué en mi vida.

–¿Y cuándo se largó como solista?

–Después de Berna, eso fue el 12 junio de 1976, que debuté en el Club Villa Azalais. Un hermoso club, una noche que no olvido.

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"Perdí una pierna, no la vida" "El año pasado estuve muy mal, por la bendita diabetes que tengo. Me dio una úlcera en la pierna izquierda y me tuvieron que amputar. El doctor Moyano Crespo me vio los análisis y me dijo 'tenés esto, esto, y esto otro' y yo le dije 'está bien... por qué me voy a quejar si tengo de todo', porque por ahí soy medio gracioso, aunque la procesión vaya por dentro. Mirá, mi aniversario es el 12 de junio y el 13 de junio perdí la pierna. En el momento no sentí nada... cuando vino el doctor Teme y me dijo 'te voy a tener que cortar la pierna'... le respondí que él era el especialista y le dije 'si usted ve que es cierto, metale nomás', en ese momento yo estaba medio "Ferrari".

En la operación estaba despierto y no sentí nada, pero cuando me desperté y me vi, me agarró la desesperación y lloré como un chico, todavía hoy sigo llorando. Teme y el doctor Alejandro Pedrazzoli, me salvaron la vida y la otra pierna. Ahora me siento muy bien: he perdido una pierna, pero no la vida... y bueno, ahora estoy volviendo a lo que más me gusta y estoy grabando el nuevo CD, que creo que sale en un mes, con un tema muy lindo que escribí con mi hijo José Ariel y Cuchi Anelo".

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El cuarteto de hoy "No es que me voy a parecer a Don Oscar, que es mi viejo amigo don Lavalle, pero de cuarteto no tienen nada... el cuarteto es violín con acordeón y el bajo, por supuesto que a algunas cumbias le podés agregar algunos instrumentos de percusión, pero está distinto. Veo las bandas de ahora, que son bandas impresionantes, pero ya está todo cambiado, de cuarteto no tienen nada... a veces pienso que le dirán 'cuarteto' porque es de Córdoba. Pero, bueno, todo se ha modernizado y ellos se han modernizado también. La competencia existió siempre y en todos los lados, a mí el que me diga que no tiene envidia por algo... la envidia existió siempre, es el alimento del ser humano. Hay chicos chicos que están buscando más el cuarteto tradicional.

El hermano de Rodrigo, Ulises, ha grabado un tema que yo hago desde el año '74, grabó El Colchón y otros temas más. La Banda de Carlitos también está haciendo temas de antes. Es como si estuviesen volviendo, o a lo mejor no hay autores. Me inclino más que todo a que la autoría se ha perdido, se están grabando canciones de otros autores. Pienso que será que los chicos piensan en otra cosa, mi hijo tiene muchas ideas y un entusiasmo bárbaro, pero hay otros que se dedican a ejecutar el instrumento que tocan y no se dedican a crear temas, a componer".

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"Lloraba como un chico" Ya muy lanzado como solista, Ferrari paró de cantar nueve años, en un período que recuerda de una manera especial: "Paré nueve años y dediqué a la herrería porque soy muy buen herrero. ¡El gusto más grande fue que vi a muchos detrás de las rejas! Les hice las rejas y quedaron atrás. Salía al patio y escuchaba el Sargento Cabral, que está acá cerquita. Te juro que no sé cómo aguanté tanto sin hacer más música, que es una de las cosas más lindas que Dios me dio. Y me largaba a llorar como un chico, no tengo vergüenza en decirlo: en serio, lloraba como un chico: acá se escucha como si estuviésemos adentro del Sargento.

Un día, le estaba haciendo una reja a Juan Bautista y me dice '¿No te gustaría volver a cantar?' y antes me había llamado Jean Carlos y me dijo que quería cantar conmigo. Sacó un disco muy lindo en el que participé yo y Rolán, con él. Fue casi una inyección para que volviese a la música y justo me llama Juan, que me invitó a cantar un domingo al Hotel de La Cañada. Como no tenía orquesta, canté el vals Desagradecida, con su guitarra. A la gente le gustó y por lo menos me aplaudieron".