Hasta el último minuto, la Selección pudo haber empatado un partido que Francia merecía ganar. Más allá de ese arresto de dignidad, ese intento de morir de pie, el equipo cayó en el embudo de un final previsible: eliminados en Octavos, en un Mundial en el que no era candidato pero que, al menos, permitía la ilusión de llegar un poco más alto.
Una cadena de sucesos desafortunados puso a la Selección al borde de la eliminación, primero de la copa misma (aquella milagrosa clasificación en Ecuador) y después de la posibilidad de pasar de ronda. Detonaron muchos aspectos negativos y situaciones tóxicas. Revisarlas y aprender, para no caer en los mismos errores.
* La elección del técnico. Insistieron hasta contratar a un Jorge Sampaoli que encarnaba la revolución y quien, pese a ser más messista que Messi, terminó siendo víctima de la insurrección de un plantel que le dio la espalda. El técnico, el primer ciclo cumplido.
* La vanidad del grupo. Una generación que veía en este Mundial la chance de obtener un título para ser verdaderamente "históricos" tras varios intentos fallidos, se arrogó el derecho de manejar la Selección a su antojo. Un liderazgo mal entendido, más allá de que Javier Mascherano, a quien discutían en la previa al punto de que parecía más afuera que adentro, lavó culpas con su sudor en la cancha. En la humillante derrota con Croacia, este grupo puso a la Selección al filo de la cornisa. Se enmendaron, en parte, contra Nigeria, por el compromiso con ellos mismos.
* La selección de los jugadores. ¿Al Mundial tienen que ir los jugadores de experiencia o los de mejor presente? Agüero, cuestionado, anotó sus primeros dos goles en tres mundiales sólo para la anecdótico. Higuaín, cuestionado, no pudo sacudir ni la mufa ni las redes. Sin Chiquito, el titular, se apostó por un Caballero que manejaba mejor los pies, y se le fue la mano. Biglia, cuestionado, fue titular sin estar al cien por cien. Di María, cuestionado, al menos terminó de menor a mayor y entero. A Dybala lo llevaron de última y de paseo. Y Lo Celso, titular para Sampaoli, fue de "vacaciones", mientras que Enzo Pérez terminó su veraneo en Copacabana para ser número puesto. Claramente, en la lista pudo haber otras opciones.
* La cuestión Messi. El mejor jugador del mundo a nivel clubes no responde en la misma dimensión en el seleccionado argentino, es el gran dilema. Cómo asistirlo, cómo rodearlo para que sea feliz y brille en toda su magnitud. Podría haber sido su Mundial. Fue de mayor a menor con Islandia, abismado por el penal que le atajaron. No jugó (no pesó, no corrió, no exisitió), contra Croacia. Y Y sólo fue decisivo en el primer tiempo con Nigeria, triunfo que se consiguió por una patriada de Rojo. Se despidió con Francia en una actuación discreta, cuando el momento pedía mucho más de su parte. Así de abrumado y abatido, a la Selección no le alcanza.
Muchas enseñanzas que deberían convertirse en lecciones para lo que viene, y que debería llevar a la práctica una conducción más competente que la que hoy encarna Claudio Tapia en AFA. Un cambio drástico y necesario, de raíz, para que el Seleccionado argentino no siga siendo víctima de la improvisación.