Amargo. Así fue el sabor que le quedó en la boca a los hinchas de Belgrano.
Le ganaban a Vélez 2-1 con dos goles de Matías Suárez en un gran partido para el celeste y casi consiguiendo tres puntos fundamentales para el gran objetivo de sumar para no tener problemas con el promedio en el torneo que viene.
Pero, lo que se perfilaba para un derroche de alegría, en la última pelota, el visitante se lo facturó.
Bouzat marcó el 2-2 final para los de Liniers (Zárate había puesto el 1-1) y Alberdi entero quedó mascullando bronca por lo que era una victoria segura y se transformó en un insulso empate.
El partido empezó a pura emoción. Antes de que los hinchas se acomodaran en las butacas, a los dos minutos de juego, en el primer córner del partido, lo bajan a Lema y el árbitro cobró penal.
Suárez, con un derechazo fuerte, al medio puso el 1-0 y explotó el Gigante.
Pero la alegría duró poco. Seis minutos después, un error infantil de Brunetta que perdió la pelota en una salida de Belgrano permitió el pase de Robertone a Zárate y la estrella de Vélez terminó con el invicto del Pirata en el Gigante.
El 1-1 descolocó a los locales.
Los de Liniers empezaron a hacerse dueños de la pelota y, a los 18, pudieron aumentar mediante Mainero.
El arquero Acosta salvó el gol del ex Instituto. Desconectados en los circuitos de juego por desconcentraciones y por mérito del rival, a Belgrano lo superó Vélez en casi todo el primer tiempo.
Sobre el cierre de la primera mitad, el Celeste se adelantó un poco en el campo y le disputó la pelota con más presión aunque sin precisión a Vélez.
Ninguno generó situaciones y se fueron al descanso con el empate 1-1.
Belgrano quedó con más gestos de preocupación porque no está haciendo un buen partido en la cálida noche de Alberdi.
En la segunda mitad, el desarrollo del juego arrancó parecido al finalizar la primera. Recién a los 10, Belgrano entendió que debía asociarse en juego.
Y lo hizo con un desborde de Guidara que tiró un centro rasante que anticipó Rigamonti.
Dos minutos después, Lértora cabeceó un córner que pasó cerca. Vélez respondía tratando de aprovechar los errores en la salida del local.
Y así, a los 13, Zárate casi convierte el segundo pero Acosta, que había tenido error en la entrega, salvó a su equipo del segundo gol.
Pero Belgrano iba al frente y su público se contagió. Desde afuera se alentaba a “garganta pelada” y desde adentro había respuesta.
Un par de apariciones de Lugo, alguna llegada con el Marciano Ortiz o una buena habilitación a Guidara que sacó un remate con destino de gol y Rigamonti se la sacó del buche.
Y tanto contagio desde afuera, dio sus frutos con el magistral pase de Lugo y la mejor definición de Suárez para el 2-1, a los 28 del complemento. Y la locura se desató en el Julio César Villagra.
Pero parece que en este 2018 la fiesta no quiere ser completa porque, en el tercer minuto de descuento, la defensa de Belgrano se durmió en una pelota parada y Bouzat facturó dejando con un sabor amargo a todo Alberdi que había preparado todo para festejar en una noche cálida de verano.