Miedo a una internación: cómo ayudar a los más chicos

A la hora de someter a los chicos a una intervención quirúrgica o a un período de internación, hay que prepararlos emocionalmente para que superen el estrés que les genera.

Miedo a una internación: cómo ayudar a los más chicos
Chicos sin miedo a una internación

Por Gabriela Martín.

Pasar por una sala de internación resulta traumático para cualquier persona. En los más chicos, esta situación se ve agravada por la incapacidad de poder comunicar lo que les ocurre; sus miedos, emociones y preguntas que aparecen en ese proceso.

"Es necesario prevenir a los niños de los efectos posteriores a la internación; hablarles de la angustia, darles técnicas de afrontamiento, anticiparles en qué consiste el proceso de internación, hacerles psicoeducación", indica la licenciada Carolina Micha, coordinadora del Servicio de Psicología y Juego Terapéutico del Sanatorio De Los Arcos.

La especialista brinda además, distintas herramientas que involucran a toda la familia, en el proceso previo a la internación del niño y explica: "El paciente necesita adaptarse a su situación y comprender el motivo de su internación en un lenguaje acorde a su edad. Es necesario explicar en un vocabulario no médico, tanto a los padres como a los niños, de qué se trata la enfermedad que padecen o el motivo de la intervención quirúrgica y en qué consiste el tratamiento. También resolver las dudas que aparezcan en este proceso".

Entre los pilares fundamentales para que la internación se convierta en algo positivo, especialmente porque una persona fuerte emocionalmente se recupera mejor que una que no, está el juego terapéutico. A través de las actividades lúdicas, los chicos transmiten lo que sienten, sus emociones, sus miedos y cómo están viviendo el proceso de internación.

“En los juegos es recomendable utilizar elementos reales, materiales médicos con los que los niños interactúan como gazas, jeringas, cintas, estetoscopio”, indica la especialista.

Otros puntos importantes son: una guía de apoyo para los padres y la psicoprofilaxis. La primera debe brindar contención y orientación emocional. Acercar herramientas que permitan acompañar y ayudar a los chicos durante el período de internación; una orientación sobre cómo explicarles a los niños que padecen una enfermedad.

En el otro punto (psicoprofilaxis) es fundamental la preparación para la intervención. “Es adecuado realizar entrevistas con los niños y con sus padres para trabajar los miedos y fantasías; realizar un tour sanatorial. En ese recorrido se lo puede llevar al niño por cada uno de los lugares en los que estará el día de la intervención. De esta manera, llegado el día, el paciente estará familiarizado con cada zona y con las caras de los médicos y enfermeras que lo atenderán”, analiza Micha.

Y agrega: "Es importante que los padres estén preparados emocionalmente para acompañar a los niños. Si los padres no están confiados, esa inseguridad la trasladan a los niños por más que nosotros trabajemos con ellos", señala la licenciada, quien agrega que se debe buscar que el paciente sea el protagonista en el proceso de curación.

Es indispensable comprender que quienes deben internarse son actores pasivos. ¿Por qué? Porque no eligen nada durante el tratamiento o el proceso de curación. No eligen el lugar, la enfermedad que tienen o la intervención que deben realizarse, tampoco eligen cuándo comer, ni tienen un espacio de intimidad.

“Es fundamental que los niños tengan el control de lo que les ocurre. Una opción es que jueguen a ser doctores; siendo la muñeca su paciente, pueden descargar sus emociones al dibujarle la cara, colocarle una vía e incluso colocarle una venda en el lugar donde será la cirugía. Así, el nene al despertar ya sabe lo que le ocurrió, lo hizo de forma activa durante el juego y no descubre nada nuevo ni extraño en su cuerpo”, argumenta la especialista.

Y concluye: “Lo recomendable es que la institución cuente con una sala de juegos, un espacio sano, lúdico donde el paciente deja de ser paciente”.