Por Lizardo Ponce.
Tras lucirse como "coach" de figuras como Nicole Neumann y Hernán Piquín en la pista de Bailando por un Sueño, la bailarina Mariela Anchipi, más conocida como "Chipi", consiguió un lugar como participante en el reality de Marcelo Tinelli y, como no podía ser de otra manera, hoy es considerada como una de las más virtuosas por parte del jurado y también por los televidentes.
En cada uno de los ritmos, la "Chipi" sorprende con sus coreografías acompañada por su bailarín Mauro Caiazza pero sufre el momento de "la previa", algo que realmente es incómoda para ella. "Yo sufro ese momento y cada vez que estoy parada en el medio de la pista deseo con ansias que llegue el momento de bailar", comentó la artista a Día a Día, además de compararse con algunos de sus compañeros: "Siento que los participantes mueren por tener una previa larga o divertida para generar empatía con el público, pero yo a eso creo que lo consigo bailando y por eso no es una preocupación".
En cuanto a la mirada de su marido Dady Brieva sobre su participación en el certamen, la ex coach reveló que al principio costó por un tema de organización familiar pero que siempre la apoyó al cien por ciento como en cada uno de los proyectos laborales que elige para su vida.
–¿Cómo estás viviendo este primer año en el certamen como participante?
–La verdad es que la estoy pasando súper bien y desde que ocupo ese lugar siento distinta la respuesta por parte de la gente en la calle. Más allá de ser parte de ShowMatch como coach y ser la mujer de Dady, siempre tuve como cierto reconocimiento popular pero ahora la gente me ve de otra manera porque pueden ver realmente lo que puedo hacer sobre un escenario. Ahora me festejan por los bailes y eso a mí me pone muy feliz porque no hay nada que me guste más que bailar.
–¿Costó tomar la decisión de aceptar la propuesta?
–No, la acepté de toque. Me llamaron y dije que “sí”. Yo ya sabía todo lo bueno y lo malo que trae la pista, sabía qué era lo que se me venía encima y por suerte no me arrepiento…
–¿Ahora te sentís más parte de la competencia?
–Yo siento que, hoy por hoy, estamos en un momento del certamen en donde la competencia es individual, me refiero a que todavía no llegó el momento de competir con el otro. Siento que ese momento llega cuando hay 10 finalistas. Ahora hay que ver qué le da uno al jurado y como lo reciben ellos.
–¿Qué ritmo estás esperando ansiosamente?
–¡Uff! Tengo muchas pero muchas ganas de bailar tango. Es uno de mis ritmos favoritos y me encantaría poder bailarlo en el programa. Además, también me intriga mucho el aquadance porque me genera algo muy loco: por un lado muero de nervios, y por el otro es un momento hermoso del reality. Es tan terrible como bello, es una montaña rusa.
–¿Cómo te ves a la hora de competir en el voto telefónico?
–Yo siento que no voy a ganar ningún teléfono. Creo que el resto de los participantes son más populares que yo. Igualmente, dejo que el programa me sorprenda y a eso lo veré en su momento. Por ahora prefiero ni pensarlo porque me muero de nervios…
–¿Al jurado de este año cómo lo ves?
–La verdad es que siempre respetaron mi trabajo y me hablaron desde la admiración. Siempre valoraron mi trabajo y lo que hago en cada gala. Y cuando vieron algo que no les gustó, también me lo dijeron cuidadosamente…
–¿Le tenés miedo a los enfrentamientos mediáticos?
–No me gustan las peleas mediáticas porque realmente considero que no sirvo para eso, no me sale. Algunas personas como Yanina Latorre, pueden discutir y decir cualquier cosa pero a mí no me sale porque todo va al alma y lo vivo en carne propia. Me cuesta mucho. Es más, el año pasado cuando me peleé con Pampita, estuve deprimida dos semanas y me desconecté completamente de las redes sociales como por dos meses.
–¿Cómo te llevas con tu compañero Mauro Caiazza?
–Bien, hay re buena onda de compañeros. Somos compañeros de laburo y nada más. Por el momento, no hay amistad pero porque tenemos muy poco tiempo libre como para hacer planes. Además, cuando tengo algún ratito decido priorizar a mis amigos de toda la vida.