Raúl Castro de Falta y Resto: "Estuve 19 minutos apagado"

Sufrió un paro cardíaco en agosto de 2016, se recuperó y ya está de vuelta en la ruta con Falta y Resto. El domingo, en el Libertador.

Falta y Resto
Falta y Resto

Por Gonzalo Toledo.

Cuando le preguntamos qué tan grande fue el susto que pasó, Raúl Tintabrava Castro nos relata que estuvo “19 minutos apagado”, cuando sufrió un paro cardiorrespiratorio, a comienzos de agosto de 2016. La noticia de este mal trance llenó de preocupación, pero en dirección contraria al mal pronóstico, Raúl se recuperó y ya está de regreso a los escenarios.

En ese plan de seguir con la tarea, Raúl y sus compañeros de Falta y Resto llegan este domingo al Teatro del Libertador, para presentar los 10 años de Anarquía. La función es a las 20 y las entradas cuestan 545 y 218 pesos, en boleterías de la sala y en Autoentrada.

“Estoy bastante atareado”, se disculpa, por no haber podido atender el teléfono, en la primera llamada que le hicimos.

–¿Cómo estás?

–Estoy bien, gracias a Dios. Cada vez mejor, la verdad es que la murga misma se puso sanadora conmigo. Cuando canto me voy sanando.

–¿Fue un susto grande?

–Y sí, estuve 19 minutos ‘apagado’. Fue un paro cardíaco y respiratorio.

–¿Qué te dejó como lección, como enseñanza, al volver a la vida cotidiana? Me imagino que ya no serías el mismo.

–Sí. La verdad es que fue una enseñanza de vida, como tantas otras cosas. Darse cuenta de lo frágil que es el hilo que nos une con la vida y que puede desaparecer en cualquier momento. Y hay un eterno agradecimiento a poder seguir un rato más, a poder seguir en esta vida que ha sido bien vivida y tan divertida, muy alegre y muy feliz porque me ha tocado un lugar de lucha desde el humor y la alegría, de transformar la realidad en buena onda. He tenido una vida muy feliz, con una familia grande y muchos amigos; está la Falta y tengo a mis hijos cantando conmigo. Entonces, la experiencia es buenísima porque trato de ratificarla con los que tengo a mi alrededor y decirles que vivan con felicidad este ratito que estamos acá.

–Vamos a la música y a esta Anarquía que traen.

–Es un espectáculo que se basa en una leyenda, el Viruta, un viejo anarquista del siglo pasado que pensaba que podía con sus poesías, con sus versos de lengua lunfarda, cambiar el Mundo, que iba a hacer temblar los cimientos de la sociedad corrupta y que se llamaba burguesa. Todo eso, contado con muy buen humor y con un discurso muy utópico pero muy hermoso, también. De tan utópico, cándido. La utopía tiene esa cosa del Yin y el Yang, para muchos es la hoguera del Mundo y para muchos es la última fase de la gran libertad. Eso también está ahí, metido en el espectáculo. Tiene un final imprevisto, aunque normalmente las murgas no son una historia que se cuenta para terminar en un final determinado. Son historias que se cuentan, pero en este caso hay una historia que comienza en el Mercado del Puerto de Montevideo.

–Y la traen a Córdoba, donde vienen bastante seguido.

–Córdoba es una de las matrices de la Falta. Nos hemos desarrollado por la vía federal, digamos, vamos por Entre Ríos, por Córdoba, por Rosario, Corrientes y la verdad es que es algo muy hermoso todo lo que pasa: somos hijos de la misma tierra, como decía Borges ‘tienen los mismos colores las dos banderas’.