Darío Sztajnszrajber: "La mentira es una cuestión ética, es una cuestión de poder"

El filósofo Darío Sztajnszrajber visitará Córdoba, para protagonizar ABCDarío Filosófico, este miércoles.

Darío Sztajnszrajber: "La mentira es una cuestión ética, es una cuestión de poder"
Darío Sztajnszrajber

Por Gonzalo Toledo.

El filósofo Darío Sztajnszrajber visitará Córdoba, para protagonizar ABCDarío Filosófico, dos encuentros en los que abordará temáticas como el amor, el poder, la verdad y Dios, como ejes principales de dos charlas que dará el 16 de agosto y el 20 de septiembre, de 19 a 22, en la Sala de las Américas del Pabellón Argentina de la Ciudad Universitaria.

Los tickets para las charlas cuestan 250 pesos y ya están a la venta en Edén entradas (el abono por las dos jornadas es de 430 pesos) Antes de su visita, le enviamos algunas preguntas.

-"Post-truth" fue la palabra del año en 2016, para el diccionario Oxford. Fue muy usada en el ámbito político en dos procesos electorales con mucho para analiza como la elección de Trump y el camino al Brexit.

-El término posverdad es un término muy interesante para mí porque lo que hace es contemporaneizar la cuestión de la crisis de la verdad. Esto es tomar un viejo problema, tradicional, clásico de la filosofía pero, diríamos a lo Baudelaire, con el ropaje de su época. Creo que el 'post' lo que está añadiendo al problema de la verdad es una facticidad, si se me permite el término, un aquí y ahora propio de nuestro tiempo, de nuestra materialidad, de nuestra condición tecnológica. El post viene como a ayudarnos a pensar que esa verdad supuestamente en crisis, o muerta, sin embargo no deja de ser la vieja categoría de la que disponemos para hablar de algo que lo sabemos en algún sentido disuelto o en crisis. Hay una inercia conceptual que no nos permite pensar desde otra perspectiva que no sea esa: esto es 'la verdad ha muerto' pero sin embargo seguimos utilizando esa categoría para referirnos al sentido. Obviamente lo que faltaría es pensar todas las gradaciones de la verdad, pero es cierto que en términos absolutos la idea misma de verdad sigue vigente aunque la sepamos muerta.

-¿Por qué posverdad no puede entenderse como mentira?

-Creo que la posverdad tiene que ver con la mentira. Disiento con que no tengan que ver. Tienen una relación directa con la mentira, pero con un tipo específico de mentira, que es el mentirse a sí mismo. Cuando hablamos del autoengaño, que es un tema muy caro a la filosofía, hay textos de Hannah Arendt, de Derrida, que trabajan la cuestión de la mentira y su relación con la política en especial, me parece bueno puntualizar qué es este tema del autoengaño porque el mentirse a uno mismo implica una imposibilidad porque uno puede autoconvencerse de un montón de cosas pero hay un punto en el que uno sabe que está haciendo ese ejercicio de autoconvencimiento. Cuando uno le miente a otro sabe que le está mintiendo, pero el otro no. Por eso, como dice Derrida 'la mentira no es lo opuesto a la verdad porque el que miente sabe la verdad'. Lo opuesto a la verdad es la falsedad y casi de una manera paradójica, muchas veces el que emite una falsedad la cree verdadera. La mentira es una cuestión ética, es una cuestión de poder, no de la información porque la información la conoce el que miente, pero decide negarla o engañar a otro. Ahora, en el mentirse a uno mismo se vuelve más complicado: es uno mismo el que está intentando desconocer o engañarse pero evidentemente queda siempre un espacio imposible porque uno sabe que se está mintiendo.

-¿Puede entenderse posverdad como "una verdad que me conviene"?

-Creo que la posverdad es el intento denodado de tratar de seguir justificando ideas previas desde las que uno valora el Mundo. Entonces no importa lo que sucede en la práctica, en los hechos. Por eso, hay que ligar la posverdad con lo post fáctico, o sea: la experiencia empírica está en crisis. Sabemos que es imposible acceder de modo objetivo a los hechos, entonces esa situación amorfa de los hechos, esa posibilidad de ser interpretados de distintos modos termina siendo, lamentablemente en este caso, utilizado por la posverdad para justificar lo que se quiere. Como la realidad es amorfa y me permito interpretarla como quiero, la voy a interpretar siempre en función de mi conveniencia y la necesidad propia de ajustar de sostener mi propia interpretación previa. Lo que no hay es lo más rico de la instancia del conocimiento que es el encuentro con el otro. Uno podría llevar esta situación exactamente al lado opuesto y entender como la realidad es amorfa y todo es interpretación lo más interesante del acto del conocimiento es el encuentro entre interpretaciones diversas; pero en la posverdad se anula la interpretación del otro y se busca siempre sostener la propia.

-¿Se puede hablar de posverdad en la política argentina?

-Llevada a la política esto genera una reformulación de ciertos pilares básicos de la política. Lleva a muchos funcionarios de este gobierno a generar puestas en escena donde se los ve haciendo como que compran comida en el súper mercado o inaugurando obras públicas donde no hay nadie del otro lado, pero sonríen como si hubiese una multitud. Al mismo tiempo toda esta puesta circula en tanto puesta pero a nadie le importa el porqué. Se trata de una diferencia de calidad en estos nuevos liderazgos propios de la alianza de gobierno; entonces, increíblemente lo que se va a terminar hasta celebrando es la capacidad de representación que tienen, como diciendo 'pero mirá qué bien que actúan'. En la política de hoy uno termina increíblemente valorando esas cosas. Diría que excede hasta esta alianza de gobierno porque hoy todos los partidos están entramados en esto que se llama la espectacularización de la política que ya poco tiene que ver con que los políticos vayan a los programas de televisión, sino al revés: parecería como que la lógica representativa de la televisión ha inundado y se ha vuelto el dispositivo propio de la política.

-Si revisamos algunas ideas como las de Stuart Mill, puedo preguntar ¿qué tiene de "neo" el neoliberalismo?

-Hablaríamos en los mismos términos: el post y el neo son dos prefijos claves para entender las tensiones de nuestro tiempo. Yo no me pelearía con los prefijos, trataría de entender por qué se los usa y qué tipos de sentidos abren, incluso para cuestionarlos. Lo que veo, la diferencia para mí entre un liberalismo clásico a lo John Stuart Mill y un neoliberalismo es que el neoliberalismo además de su marco teórico parte de la necesidad de desarticulación de los proyectos de Estado de bienestar. Me parece que la gran diferencia entre liberalismo y neoliberalismo es histórica y no tanto teórica. Uno de los pilares, de los objetivos del neoliberalismo es la retracción del Estado porque surge de modo reactivo contra el Estado benefactor. Al liberalismo lo veo mucho más planteado desde una perspectiva teórica mientras que del neoliberalismo entiendo se le debe añadir esta faceta más propia de su tiempo histórico.