Salir a trabajar en tiempos de pandemia es algo que tendrá que pasarnos a todos y ya comienzan a verse nuevas medidas, impensadas para cualquiera, allá en el muy lejano verano del 2020.
A esta "nueva normalidad" empiezan a acostumbrarse los clientes de una verdulería del pintoresco barrio de Güemes, donde a todas las medidas preventivas han incorporado una nueva forma para frenar la circulación del coronavirus.
Se trata de una cabina sanitizante, cuya forma recuerda a los detectores de metales de los aeropuertos, y que es paso obligado de todo aquel que quiera entrar a "la verdu".
El local está en Cañada casi esquina Pueyerredón y la cabina pulveriza un líquido sobre los clientes, para eliminar el virus.
"Es un desinfectante, no es lavandina ni es tóxico, los clientes están chochos", relató Romina, encargada del comercio a la radio Cadena 3.
Como todo, hay quienes no se sienten a gusto con el paso obligado: "a algunos mucho no les gusta y con el tema del pelo, las mujeres dejan que entre el marido y ellas se quedan afuera”, comentó.