No hay amor como el que se siente por un hijo. Sólo quienes experimentan esa sensación saben cómo es disfrutar lo que ellos disfrutan, sufrir lo que sufren y sentir lo que sienten.
Hay quienes son capaces de dar un mundo por sus hijos. Algo así hizo Jeremías (28), un cordobés de barrio Yapeyú que decidió celebrar el cumpleaños número 7 de Pía, su hija, de una forma particular: consiguió que personas de todos los rincones del planeta la saludaran para demostrar el amor planetario que su padre tiene por ella.
Así, a puro "caradura", Jeremías se comunicó por Instagram con perfiles públicos y usó el traductor de google para contactarse con mujeres y hombres de China, Rusia, Dinamarca, Croacia, Tailandia, Francia (además de España. Perú, Chile, Uruguay, entre otros) a quienes les pidió que se tomaran una foto con un cartel celebrando su cumpleaños y el enorme amor entre este papá y su hija.
"Hubo gente que se prendió. También algunas personas me fueron sinceras y me dijeron que no podían ayudarme. En uno de los últimos mensajes me dijeron que ojalá todos los padres del mundo amaran de esa manera", contó Jeremías a Vía Córdoba.
"La idea me surgió de una charla con ella, cuando me preguntó hasta dónde podía llegar el amor que nos tenemos (un juego que nos amamos hasta más allá de las estrellas)", recordó Jeremías sobre la particular idea que tuvo.
"Le respondí que yo le iba a demostrar que el mundo entero sabía de nuestro amor. Que todos lo sienten y lo ven", añadió. Y salió a "remarla" hasta conseguir que un mundo de amor por su hija.
Fue así como el 30 de mayo, Pía recibió este mensaje: "Pía, tu papá te ama tanto que desde cualquier lugar del mundo te desean feliz cumpleaños".
Y su papá compartió la felicidad de ella en redes sociales con este mensaje: "No sé si podré estar toda la vida para enseñarte el camino, lo único que quiero que sepas a partir de hoy, es que quiero que lleves una marca en tu vida que no la vea nadie, una marca que solo la veas vos".
Pía lloró de felicidad. Les regaló un dibujo de la familia unida, porque eso es lo más importante.
¡Muy buena, Jeremías!