El gobernador Raúl Jalil hizo entrega de la Medalla Matriz y del taco molde de caucho al ministro de Cultura, Turismo y Deporte, Roberto Brunello, para que queden en custodia e inventario del Museo Histórico Provincial. La acción se concretó por iniciativa de la Comisión Permanente del Bicentenario de la Autonomía 1821-2021.
Además, se entregó un ejemplar de la medalla al Rector de la Universidad Nacional de Catamarca, Oscar Arellano, en oportunidad del 50 aniversario de la institución.
En la oportunidad, el secretario de Identidad y Pertenencia Provincial y Presidente de la Comisión Permanente del Bicentenario, Luis Maubecín, dio la bienvenida y presentó al magíster en historia, Marcelo Gershani Oviedo, que hizo uso de la palabra en referencia a la Medalla Conmemorativa y al paralelismo con la Medalla del Centenario 1821. El historiador Gershani Oviedo expresó que con esta ceremonia se recrea de alguna manera la celebración del primer centenario de la Autonomía, el 25 de agosto de 1921, ocasión en la que se entregaron medallas a los concurrentes al acto recordatorio.
Con la inquietud de la señora Valeria Valdéz, actual Jefa de División del Museo Histórico de Catamarca, la Comisión organizadora de los festejos del Bicentenario comenzó a trabajar en el proyecto de acuñación de la medalla de la segunda centuria. A tal efecto se decidió encargar la confección de la misma a los integrantes de la Escuela Pública de Orfebrería de la provincia, con la colaboración del Directorio de Yacimientos Mineros de Agua de Dionisio (YMAD), que aportó en donativo un total de siete kilos y medio de plata graneada 900 para la confección de 150 ejemplares.
El master de la medalla lo realizó el maestro grabador Oscar Pontoniero, en alto relieve de 50 mm de diámetro 3 mm de espesor y un peso aproximado de 50 grs. Se utilizó como diseño el Manual de Identidad Visual Bicentenario Autonomía de Catamarca 1821-2021, creado en el Ministerio de Comunicación por la diseñadora gráfica Nadia Jalil.
Las réplicas del master fueron confeccionadas en un molde de caucho vulcanizado que permite la reproducción de piezas en cera, para luego, por el proceso ancestral de fundición a la cera perdida, disponer en metal. Para la terminación y acabado se aplicó la técnica de empavonado y satinado.
La medalla fue presentada en dos estuches, uno acrílico de 50 mm de diámetro interno, brindándole protección en caso de posibles oxidaciones y otro de exhibición de tipo Cartier, con exterior en cuerina azul e interior forrado en seda blanca.
Es importante mencionar que docentes, artesanos y alumnos de la Escuela de Orfebrería llevaron a cabo todo el proceso: Pablo Falabella en la dirección general y coordinación; David Correa, Ana Lía Villafañez y Johana Acosta en ceras y fundición; María Isabel Zotelo, Martín Rodríguez y David Correa en terminación y acabado final.