Esta es una historia de amor, sí, de profundo amor entre Martín y su papá Roberto, al punto que el joven decidió donarle uno de sus riñones a su padre ni bien supo del diagnóstico poco alentador.
Es que los riñones del hombre comenzaron a fallar y con el transcurso de los meses su funcionamiento se redujo sólo al 12 por ciento, por lo que necesitaba con urgencia un trasplante o una diálisis hasta que se encontrara un riñón para Roberto. “Él quería hacer diálisis, no quería arriesgar la salud de ningún familiar”, contó Martín Morales al medio local Radio del Monte, un joven de 24 años residente de la ciudad de Cosquín.
Y agregó: “Hablando con la familia, que nos sentamos todos, decidí yo donarle el riñón a mi papá. En principio él no quería saber nada, pero lo pudimos convencer”, explicó el joven, empleado y estudiante de Ingeniería Electrónica en la Facultad Nacional de Córdoba (UNC).
Lo cierto es que Martín no lo habría dudado un instante: “Cualquier persona puede vivir con un riñón, yo me mentalicé con eso. Cuando el día de mañana me mire la panza y tenga la cicatriz, es porque hice algo por él, como tantas cosas él hizo por nosotros. Es devolverle un poco de amor”, dijo emocionado.
Cirugía y fecha de examen
Luego de atravesar una importante cantidad de trámites de rigor propios de este tipo de intervenciones quirúrgicas, sumado a un contexto sanitario crítico e inédito, finalmente fue pautada para el pasado 10 de mayo en el Sanatorio Allende de la ciudad de Córdoba, sin embargo, no todo salió como se había planificado, porque debido a la operación de urgencia practicada en el mismo nosocomio al gobernador de Córdoba, Juan Schiaretti, los planes de Martín y Roberto cambiaron de un momento a otro.
“Pasó lo de Schiaretti, que él tenía que operarse unos quistes ahí en el Sanatorio Allende, nos modificaron la fecha a nosotros porque necesitaban usar la máquina con la que me iban a operar, la laparoscópica (...) Nos pasaron la fecha para el 17 de mayo que fue la internación y el 18 a las 6 de la mañana empezaron conmigo y más o menos como a las 11 ya me habían operado, me desperté a la hora y ahí nomás prosiguieron con mi papá”, rememora aquella jornada.
Sin embargo, la nueva fecha se juntó con otra no menos importante para Martín, el 19 de mayo debía rendir una materia de tercer año de una carrera universitaria que alterna con sus obligaciones laborales diarias. Pero eso tampoco fue un obstáculo para este joven protagonista de esta historia de amor, es que apenas unas horas después del trasplante y aún desde el sanatorio, el joven rindió igual.
“Como se puede rendir sin cursarla, me anoté y nunca pensé que me iba a coincidir con la fecha del trasplante. Estuve estudiando todo mayo y haciendo ejercicios (...) Me dieron el resultado la semana pasada y gracias a Dios promocioné la materia. No se puede pedir más nada”, resaltó este vecino de la ciudad de Cosquín, agradecido con lo exitoso de la cirugía y por ver a su padre en muy buen estado de salud.