Las alarmas se encendieron en la ciudad de Cosquín, cuando se conoció que dos adolescentes, de 16 y 14 años, se “difrazan” de militares para “patrullar la ciudad”. Aunque parezca un juego, o el guión de alguna película, el tema es realmente serio por varios motivos.
En primer lugar, porque estos niños se exponen a un serio riesgo, comportandose y vistiendo como militares, claramente sin serlo. Se proponen luchar contra la delincuencia y así van, por la ciudad con con ropa de camuflaje, chaleco similar a los que llevan los policías en las calles -no antibalas-, un casco, varios pasamontañas y réplicas de armas de fuego que disparan balas de plástico.
Lo segundo, tiene que ver con lo que significa su accionar. Lo más grave, es que no son lo únicos. En diálogo con la prensa, uno de los protagonistas de esta historia explicó que están en comunicación, a través de Instagram, con otros grupos de jóvenes, de diferentes partes del mundo, que hacen lo mismo. De hecho, los coscoínos aparecen en una perfil méxicano, con su nombre de combate.
El hecho de algún modo traspada los límites de una travesura juvenil, pues ambos jóvenes creen fervientemente en su accionar.
“Un día, él me contó que le habían robado a una tía. Ese mismo día, nos vestimos con la ropa militar y salimos a caminar. Pasamos por una casa y la señora nos preguntó qué estábamos haciendo. Cuando le contamos la idea, nos dijo que por esos días había sido víctima de un robo y nos preguntó si no podíamos salir a patrullar más seguido”, declaró uno de los chicos.
Lo cierto, es que desde la Departamantal Punilla Norte desconocen el hecho, aunque se comprometieron a investigar, porque la seguridad de estos niños debe ser ante todo resuardada.
