Carlos Paz puso en el centro de la escena una discusión fundamental que tiene que ver con la defensa de la ciudad frente a los grandes desarrollos inmobiliarios, disminuyendo las construcciones en el área central y evitando que se trasladen a los barrios para que estos sigan conservando su identidad. El Intendente Esteban Avilés comenzó su gestión suspendiendo por un año la construcción de nuevos edificios.
En este sentido, Soledad Zacarías, secretaria de Coordinación de Gabinete y Promoción Humana indicó: “Se aplicó una suspensión para trabajar en varios sentidos, el más importante es pensar en nuestros vecinos, protegiendo la mano de obra y los comercios locales. Además, es importante que se pueda disminuir la construcción edilicia en el área céntrica y que esta no sea trasladada a los barrios, que los barrios sigan conservando su identidad serrana”.
Asimismo, explicó que hoy la situación es compleja ya que las empresas constructoras que llegan a Carlos Paz, contratan mano de obra de otros lugares y además adquieren los materiales de construcción en grandes corralones que no pertenecen a Villa Carlos Paz.
Lo que se intenta es tomar como referencia el ejemplo de norma de las grandes superficies de supermercados, shoppings, centros comerciales (Nº 5285) que ya existe y establece que “la obra de construcción sea realizada como mínimo, con el 70% de mano de obra local”.
Suspensión de la edificación
En agosto de este año se aprobó la ordenanza 7001 que suprime por un año la construcción de viviendas colectivas en Villa Carlos Paz. Esteban Avilés impulsó esta disposición para generar un paréntesis que permita ordenar y repensar los destinos de la ciudad, protegiendo la mano de obra y el comercio local.
“Cuando el intendente envió la ordenanza con la idea de proteger la identidad de Villa Carlos paz, la oposición se levantó y se fue sin una discusión acorde al futuro de nuestra ciudad. Los sectores de la oposición son los que están de acuerdo con los proyectos inmobiliarios, con los inversionistas que no tienen límites y pretenden una ciudad dormitorio”, finalizó Soledad Zacarias.
La palabra de los vecinos
La problemática es más compleja aún ya que los vecinos advierten que los flamantes complejos de edificios se encuentran vacíos, ya que la mayoría se destinan a alojamientos temporales o incluso estudiantiles.
“No hay alquileres para vivienda común, nuestros vecinos no pueden alquilar y existe una cantidad alarmante de departamentos y casas desocupadas que sólo se rentan en temporada, de manera ilegal”, resaltó Sonia Camps, reconocida vecinalista de la ciudad.
Lo cierto es que también se está avanzando en el control de los alojamientos informales, que afectan tanto al sector hotelero, como a los vecinos que no logran encontrar un hogar en su propia ciudad.