"El día que realmente hice algo importante", inicia la publicación de Facebook que el propio Ariel Tondo redactó este último sábado por la noche, y en donde de inmediato se traslada a ese fatídico día en donde gracias a sus hábiles y oportunas maniobras, literalmente, le salvó la vida a un pequeño niño de tan sólo 10 años.
Ariel inicia contando que hace pocos días, "un señor muy amable" le preguntó mientras desayunaba: "¿Vos sos Ariel Tondo? Sí, respondí. Y me dice… Vos salvaste la vida de mi nieto".
Esas simples palabras hicieron que este vecino de la ciudad recordara ese día fatal en donde él mismo dice: "Dios utilizó mis manos para salvarle la vida a 'Lauriano Cloti'".
Lauriano se encontraba en horario escolar en una conocida escuela de Carlos Paz allá por agosto de 2007, y que tras una travesura, terminó envuelto en una situación desesperante para todos los que la presenciaron, y en especial para él, que su vida pendió literalmente de un hilo.
"Ese día llegaba al colegio Parroquial a retirar mi hijo, compañero de Lauriano, y al llegar a las inmediaciones del aula de Lucio, vi chicos que salían llorando, maestras que corrían desesperadas con la cara invadida de miedo. No comprendía lo que pasaba, subí las escaleras corriendo y me encuentro con Laurian, con su cabeza azul ahogándose y quedándose sin respiración", inicia contando.
De acuerdo a los testimonios de aquel momento, Lauriano se había puesto a jugar con con un collar de acero quirúrgico que tiene un cierre muy singular, parecido a las cadenitas del bidet del baño. El problema es que sin querer, él mismo la iba ajustando hasta que llegó un punto en donde la sangre subía pero no descendía.
Así, ante ese terrible panorama, es que las manos del orfebre de profesión, llegaron justo a tiempo para ayudarlo.
"Gracias a Dios por mi profesión de orfebre, sabía cómo funcionaba el cierre pero también sabía que para soltar la cadena yo debía acortarla aún más para que lograra zafar, y fue entonces que sin pensarlo (…) Hundí mis dedos índices entre la cadena y el cuello, aunque no cabía ni un pelo por la gran inflación que había, y sin dudarlo, ajusté aún más la cadena para que lograra salir la bolita del cierre", explicó con detalle, Tondo en su publicación.
Así, tras semejante experiencia en donde de sus manos dependió la vida de una criatura, es como Lauriano volvió a vivir.
"Fue una sensación nunca vista por mí, ver cómo instantáneamente el azul desaparecía, las venas se desinflamaban, la sangre fluía, y el grito de maestras y compañeros exclamando '¡se salvó, se salvó!'. Ahí sí reconozco que me cayó la ficha y me quedé sentado por una hora para poder tomar conciencia de lo sucedido. De ahí en más, todo fue alegría, abrazos y la carita de todos los chicos, era indescriptible la felicidad que reinaba", expresó Tondo.
Hace unos días, ese hombre mayor que se le acercó, no sólo le recordó ese momento en el que la vida de un niño estuvo en sus manos, sino que también le recordó el verdadero e importantísimo aporte que su acción provocó en la vida de ese niño y de toda su familia.
"Hoy, el abuelo de Lauriano me recordó que tal vez estuve en el momento y en el lugar justo para hacer 'algo importante' en mi vida. Agradecido a DIOS por darme el temple para sortear ese momento", completó en su posteo, Ariel.
En diálogo con VíaCarlosPaz, Ariel se explaya y nos cuenta que al día siguiente de ese crudo invierno de 2007, fue invitado por la escuela para participar de un acto en donde fue halagado y ovacionado por toda una comunidad educativa agradecida por su accionar oportuno, eficaz e inolvidable.
"Recuerdo que me llamaron para que vaya a la escuela a participar de un acto que ellos mismos organizaron y en donde plantaron una planta como símbolo de lo vivido el día anterior", cuenta absolutamente conmovido, Ariel Tondo, el hombre que literalmente, le devolvió la vida a un niño de tan sólo 10 años y a toda una familia que aún se lo agradece.
Actualmente, Lauriano ya tiene 22 años y trabaja junto a su abuelo, un muchacho feliz y con toda su vida por delante.