Hoy existe una especie de negación de la realidad al decir que “la cuarentena ya no existe”. Una forma de decir que “la gente está en la calle” y que si el Covid-19 se expande es solo por su responsabilidad.
La duda es si este es un mensaje político de conveniencia para ser publicado tan libremente.
Veamos lo que se está asumiendo al decir esto:
1- Los decretos vigentes que prohíben reuniones sociales son desobedecidos, mostrando un agotamiento social y de difícil seguimiento.
2- Con serios problemas de comunicación, se presentan ciclos de extensión que parecen no tener fin en un modelo que se hizo más largo de lo previsto.
3- Una mirada parcial y muy enfocada en CABA y gran Buenos Aires inicialmente que de repente se amplía hacia todo el país, aumentando el foco de acción del virus en un solo cambio de las estadísticas, dentro de las cuales hay ver que no se multipliquen los quebrantos antes las normas, ampliando el espectro de la cuarentena negada.
4- Se fortalece la presión por las personas que desarrollan actividades que aún no están autorizadas para ser desarrolladas dentro de la ley, que notan pocos cambios.
La generación de confianza, la buena comunicación, el no responsabilizar a otros de nuestras acciones y el sostener el principio de sana autoridad hacen más competitivas a las empresas. Y más aún si nuestra empresa es esencial como lo son las de las actividades agropecuarias y sus sectores vinculados.
Si bien algunos voceros del gobierno están impulsando el mensaje de que “te salva el Estado, no el mercado” está claro que la temporalidad de los sucesos pide una solución en y post cuarentena con obligación de todos, sumando esfuerzos para volver a la normalidad lo antes que nos fuese factible.
Hay que aclarar que los Estados no son generadores de riqueza sino que se ocupan de gastar lo que se recauda del sector privado a través de impuestos, entendiendo que estamos en una excepción que sabemos arranco en marzo próximo pasado y que aún no tiene fecha de vencimiento.
La idea de que alguien “te salva” se opone a la idea del emprendedorismo, a la propia iniciativa, al esfuerzo personal para generar tus propios recursos, a la meritocracia, que esta pandemia ha puesto en jaque en todo el mundo y por la cual Argentina no esta exenta.