La definición de un producto orgánico o ecológico se obtiene bajo un sistema de producción sustentable, a través del uso de recursos naturales y el no empleo de sustancias químicas sintéticas con efecto tóxico real o potencial para la salud humana. (Ley Nacional 25127)
Los productos deben tener identificadas todas las características que los hacen orgánicos, a través de un sistema de certificación que las garantice.
En la Argentina, es el Senasa quien habilita y delega el control directo en certificadoras. Por ello, se terceriza el servicio de certificación y garantía en entidades idóneas basadas en el cumplimiento de la guía ISO 17065.
Ninguna etapa o paso intermedio de la producción y distribución queda fuera de control, dado que se trata de mantener la integridad orgánica a lo largo de toda la cadena de valor.
Para ello, los puntos clave a destacar son:
- Conocer el mercado
- Definir la normativa
- Evaluación de riesgos
- Diagnóstico de las prácticas
- Implementar los requisitos
- Elegir y contactar con la certificadora:
- Proceso de certificación:
No se desmoralice: parece largo y difícil –lo es– pero resulta sumamente satisfactorio.