Las organizaciones sociales y políticas que componen la Unión de Trabajadores y Trabajadoras de la Economía Popular (UTEP) marcharon este mediodía desde la Iglesia de San Cayetano, en el barrio porteño de Liniers, hasta Plaza de Mayo, en “defensa de la agenda marcada por tierra, techo y trabajo”, con eje en la creación de “trabajo genuino en todo el país”.
“En la actualidad las trabajadoras y los trabajadores del pueblo argentino sufrimos nuevas formas de injusticia, agravadas al extremo por la pandemia mundial. Cómo el mercado laboral no nos da lugar a todos, tuvimos que inventarnos nuestro propio trabajo en actividades como el cartoneo, la venta ambulante, la agricultura familiar, la producción textil, la infraestructura social y los emprendimientos productivos”, indicaron los dirigentes sociales en el documento.
”Hay más de siete millones de trabajadores de la economía popular en el país. Desde la UTEP exigimos la universalización del salario. Se trata de reconocer el trabajo de todos y todas, tanto de quienes están en el sector formal como en el informal. Los derechos de los argentinos y las argentinas están por encima de las ambiciones de los acreedores externos como el Fondo Monetario Internacional” (FMI)”, remarcó uno de los pasajes más salientes del texto.
La marcha comenzó pasadas las 8, en la iglesia ubicada en Liniers, en el día en que la grey católica conmemora la festividad del santo patrono del pan y el trabajo.
Miles de fieles se acercaron a Liniers
Miles de fieles se acercaron a la parroquia de San Cayetano, en el barrio porteño de Liniers, donde desde la medianoche de este sábado comenzaron a ingresar para pedir al santo de la Providencia por salud y trabajo y para agradecer las promesas cumplidas.
La imagen del patrono del pan y el trabajo fue colocada en el atrio del templo al aire libre ayer a las 17, para que los fieles puedan rezarle o tocarla, pero mucha gente esperó hasta que se hicieran las 24 para pasar.
Desde entonces, los fieles formaron una fila que se extendió al menos cinco cuadras, explicó a Télam el padre Facundo Fernández Buils, quien confirmó que pasadas las 9 la misma se extendía unos 400 metros.
Los devotos de San Cayetano veneraron su imagen en el atrio del templo del barrio porteño de Liniers, en Cuzco 150, al aire libre y cumpliendo las medidas sanitarias por la pandemia de coronavirus,.
Con respecto a la atípica celebración de este año por el contexto de pandemia, el padre Germán Schattenhofer confirmó: “Es novedoso, es una de las pocas veces que la imagen sale del templo”.
A diferencia del año pasado que el santuario estuvo cerrado, este año las autoridades eclesiásticas decidieron programar la celebración al aire libre, para “privilegiar el encuentro del peregrino con San Cayetano”.
En esta edición, “la salud es uno de los pedidos más recurrentes”, agregó el padre Fernández Buils.