La jueza Patricia Guichandut procesó a Julián Alberto Reina, quien intentó matar a su exnovia con un arma, en pleno barrio de Saavedra. Por ello, una vez que sea dado de alta del Hospital Pirovano, deberá ir a prisión.
Reina, de 39 años, permanece internado y con custodia policial, luego de haber recibido dos heridas de bala cuando los efectivos le disparon para evitar que matara a Dana Pontoriero.
La jueza pidió la prisión preventiva al considerar que el femicida “acechaba a la víctima” y que “tenía una obsesión con ella”. El ataque fue registrado por las cámaras de seguridad, que también grabaron cómo el efectivo de la Policía de la Ciudad actuó en cumplimiento del deber, por lo que fue sobreseido.
El cargo sobre el personal trainer que lo llevará a prisión es “tentativa de homicidio agravado por su comisión mediante el empleo de un arma de fuego, calificado por tratarse la víctima de su expareja, cometido con alevosía y mediando violencia de género”.
Guichandut tuvo en cuenta que el hombre “gatilló el arma insistentemente y siempre apuntó a la cabeza de la víctima”. De modo que su único objetivo era matar a la chica.
Este delito contempla una pena de 10 a 15 años de cárcel. Todo en concurso ideal con “tenencia ilegítima de arma de fuego de uso civil”. Asimismo, Guichandut embargó los bienes de Reina por 2.294.770 de pesos.
La obsesión, el acecho y las amenazas de Reina a su expareja
Pontoriero, la víctima, declaró que la relación entre ambos terminó por su decisión, dado que había vivido ”escenas de celos y actitudes tóxicas que él tenía”.
Según consta en la causa, días previos al ataque, Reina “había intimidado a través de mensajes de texto y acechado en la puerta de la vivienda de su tía” a la víctima. “Se tornó violento y le insistió al grupo familiar que le pidieran que se presentara para poder hablar con ella y pedirle explicaciones”, señala el relato.
“Yo ya avisé. El que avisa no traiciona”, fue uno de los mensajes que recibió Dana.
“La obsesión de Reina sobre la búsqueda de explicaciones sobre el fin de la relación de pareja, los insistentes llamados y mortificación de la víctima, involucrando incluso a familiares, la injerencia en la vida privada aún luego de concluido el vínculo, las averiguaciones sobre la existencia de una nueva posible pareja, así como el acecho de la mujer en la vivienda de su tía, dejan al descubierto una relación desigual de poder”, destacó la titular del Juzgado 62.
En tanto señala que en base a los videos se logra identificar “lo desprevenida e indefensa que se hallaba la damnificada frente al ataque inminente y sorpresivo de Reina al emboscarla y aproximarse sigilosamente por detrás mientras Pontoriero iba caminando despreocupadamente con los auriculares colocados”.
Argumenta también que, para asegurar su cometido, “enmascaró su identidad al colocarse buzo con capucha, anteojos oscuros, llevando el arma de fuego escondida en el interior del casco que portaba en sus manos”.