En 1996, año en que Belén Ameijenda nació, le diagnosticaron espina bífida, una malformación congénita que se da cuando el tubo neural no logra cerrarse por completo, afectando -en su caso- la zona lumbar; y a pesar de que le dijeron que nunca podría caminar, hoy pelea por ser la primera mujer con discapacidad en competir en automovilismo deportivo en Latinoamérica.
Aún frente a las advertencias de los médicos, la porteña de 25 años se superó a sí misma. “Me han dado pronósticos y diagnósticos que nada tienen que ver con la realidad de hoy en la que vivo”, aseguró. Al año de vida, la piloto ya estaba dando sus primeros pasos con un andador, y gracias a una rehabilitación que duró 11 años ahora puede andar con bastones canadienses.
La mujer todavía no ha competido en ninguna categoría en el automovilismo, recién debutará en la categoría zonal Monomarca Fiat, una categoría zonal que compite en diferentes autódromos de Buenos Aires. Sí lo ha hecho otros deportes como natación, de la mano de Marcela Belviso, entrenadora de la Selección Paralímpica de Natación.
No obstante, su sueño por correr en auto siempre estuvo presente debido a su espíritu deportivo. Confesó que desde chica miraba las carreras tanto de TC como de F1, siendo Gato Nimo y Ianina Zanazzi sus grandes referentes y alentadores en cada paso que da.
“Para mi es lo más lindo que hay el deporte. Aprendí y sigo aprendiendo muchísimo de él”, confirmó. Para Belu, estar frente al volante es uno de sus lugares favoritos en el mundo: “Cuando manejo siento felicidad”.
Discapacidad, mujeres y automovilismo: ¿Qué barreras se interponen?
Ameijenda es un ejemplo de que las barreras están para tirarlas abajo. “Siempre existieron y van a seguir existiendo, pero depende de uno pasarlas o no”, dijo la deportista, recordando los erróneos pronósticos que le dieron a lo largo de su infancia, que no fueron suficientes para frenarla.
Por otro lado, también hay baches en lo económico, pues el automovilismo es un deporte costoso: “Si bien es caro, depende de uno si lo quiere hacer o no. Antes pensaba que solamente quienes tenían un poder adquisitivo muy alto eran los únicos que podían llegar, pero a medida que fui logrando cosas entendí que no es así. Depende de las ganas que le ponga uno”, sostuvo.
En Argentina no hay escuelas de manejo preparadas para personas con discapacidad ya que, según averiguó la joven, “no es negocio”; por lo tanto, para aprender a conducir Belén acudió a un profesor particular y adaptó un auto a sus necesidades, volviéndolo apto para cualquier persona.
“Aunque esto fue hace 6 años atrás, mucha gente actualmente me escribe porque se encuentra con la misma situación. No cambió nada y es algo de lo que no se habla. Creo que es crucial darlo a conocer ya que muchas personas con discapacidad quedan por fuera de lo que yo llamo independencia”, explicó.
Ameijenda es estudiante de periodismo deportivo y de psicología, pero no trabaja debido a que por su condición no la toman en ninguna vacante. Sin embargo, sueña con poder ser comunicadora. “Si bien trato de vivir el día a día y ponerme metas a corto plazo -comenzó diciendo- me veo haciendo lo que me gusta, rodeada de la gente que quiero y que siempre estuvo”.
En su caso, negó haber sido víctima de discriminación en el ámbito del automovilismo por ser mujer. Por el contrario, se mostró agradecida con todos aquellos que la recibieron en el deporte y la acompañaron.
Belén Ameijenda llama a la solidaridad para conseguir una butaca anti shock
Hasta hace unos meses la joven deportista formaba parte de un equipo que decidió abandonar; por el momento no busca uno nuevo hasta poder conseguir una butaca anti-shock.
Para poder adaptar el auto mecánicamente a su discapacidad y poder manejarlo, necesita de este asiento. Debido a su alto costo: $170.000, Ameijenda organizó una campaña, donde cualquiera puede colaborar donando un monto opcional por transferencia bancaria con el alias BeluAmei o por mercado pago con el email belu_amei@hotmail.com. En todo caso, es preferible contactarse con ella por Instagram: @belu.honda.
“Hay escasa información de lo que es un deporte adaptado, ya que muy pocas personas son las que realmente saben que con una discapacidad podés hacer el deporte que quieras”, indicó. La porteña frente a esto opinó que los medios de comunicación deberían informar más acerca de esto.
Juegos Paralímpicos de París 2024: otra meta que persigue Belén Ameijenda
La muchacha de 25 años desde joven ha mostrado su pasión por el deporte, una gran herramienta para superarse a sí misma. Desde sus estudios hasta sus pasatiempos están abocados a esto, con lo cual no sorprende que sus sueños descansen en lo mismo.
“El año pasado incursione en el Tiro con Arco Adaptado y estoy con ganas de este año seguir perfeccionándome, entrenando de manera más profesional”, informó a VíaPaís.
Esta carrera por mejorar la transitaría de la mano de la entrenadora de la Selección paralímpica de tiro con arco, quien la preparará para los Juegos Paralímpicos de Paris 2024.
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