Tras una persecución policial, el auto en el que viajaban dos ladrones se estrelló contra un semáforo y explotó. Los delincuentes, que fueron detenidos en Flores, venían de cometer una seguidilla de robos en distintos barrios porteños.
El primero de los hechos ocurrió cuando los delincuentes que iban a bordo de un Peugeot 207 Compact gris le robaron la moto y sus pertenencias a un hombre en Treinta y Tres Orientales y avenida Juan de Garay, en Boedo.
Luego, en la calle Estados Unidos al 1500, Constitución, los mismos hombres asaltaron a dos jóvenes de 19 años para sacarles dinero y sus teléfonos celulares.
De vuelta en Boedo, en Carlos Calvo al 3600, les robaron celulares y un casco de moto a otras dos personas, y siguieron su rumbo hacia el barrio de Nueva Pompeya.
Entonces, personal de la Policía de la Ciudad que estaba haciendo un recorrido por la zona, detectaron a los sospechosos circulando por avenida Caseros y José Mármol. Al ver a la policía, el ladrón que iba en la moto la abandonó y se subió al 207.
Los oficiales irradiaron la alerta y se inició una intensa persecución hasta de Flores, donde el conductor del auto perdió el control y chocó contra un semáforo, en avenida Cobo y Curapaligüe.
El vehículo inmediatamente comenzó a prenderse fuego, por lo que los efectivos detuvieron en el lugar a los dos ocupantes, quienes fueron trasladados al Hospital Piñero con politraumatismos leves.
Uno de los detenidos es menor de edad y quedó a disposición del Juzgado de Menores 5, a cargo de Gonzalo Oliver De Tezanos, quien dispuso que una vez otorgada el alta médica a los imputados, el menor sea trasladado al Instituto Inchausti y el mayor a la Alcaidía 6 de la Policía de la Ciudad.
En cuanto al Peugeot 207, poseía pedido de secuestro por robo a mano armada, cometido en la Comuna 11 el día de ayer. Los delincuentes tenían en su poder una pistola Bersa calibre 9 milímetros con la numeración limada.