Un casero fue condenado este jueves a reclusión perpetua por haber violado y estrangulado a la niña de 11 años Camila Borda, en febrero último en una vivienda que él cuidaba en la ciudad bonaerense de Junín, informaron fuentes judiciales.
Se trata de Juan Carlos Varela (41), a quien le atribuyeron los delitos de "abuso sexual calificado por haber sido cometido mediante acceso carnal en concurso real con homicidio doblemente calificado por su comisión mediante alevosía y criminis causae", estos últimos dos en "concurso ideal".
Fuentes judiciales informaron a Télam que en un fallo unánime, el Tribunal Oral en lo Criminal (TOC) 1 de Junín, integrado por los jueces Miguel Ángel Vilaseca, Esteban Melilli y Karina Piegari, le impuso a Varela la condena más alta prevista en el Código Penal más una "inhabilitación absoluta por el término" de la misma y costas.
"Las probanzas reunidas en este proceso edifican una sólida y contundente estructura incriminante, que de modo certero e indisoluble vincula al encausado José Carlos Varela, como autor del ultraje sexual y la muerte violenta de la niña Camila Borda", sostuvo el tribunal en su fallo al que accedió Télam.
A su vez, el tribunal desechó la postura de la defensa de declararlo inimputable por considerar que si bien el casero "posee un trastorno de la personalidad esquizoide", su psiquismo "funciona dentro de los parámetros de normalidad, con plena capacidad de comprensión de la criminalidad de los actos que realiza y con libre dirección de sus acciones".
La decisión de los jueces coincidió con lo solicitado en sus respectivos alegatos por el fiscal de juicio Sergio Terrón y el abogado del particular damnificado Federico Mastropierro.
Por su parte, Varela, quien permanece alojado en la Unidad Penal 3 de San Nicolás, estuvo presente durante la lectura del veredicto y de un resumen de los fundamentos de la sentencia en un recinto en sólo hubo público de parte de la familia de Camila.
El ahora condenado se mantuvo en silencio al ser retirado de la sala de audiencias y tampoco había hablado en el momento que le ofreció el tribunal de pronunciar sus "últimas palabras" antes del veredicto.