La Legislatura porteña ordenó este viernes la creación de un plan "de gestión ambiental de pilas en desuso". El mismo contempla que, una vez que las pilas dejen de tener vida útil, los importadores y los distribuidores deberán llevar a cabo un circuito de recuperación y disposición de estos artículos.
El nuevo mecanismo se irá poniendo en marcha de manera progresiva antes de fin de año, de acuerdo a estimaciones oficiales.
La nueva ley porteña categoriza a las pilas como residuos peligrosos. Se trata de la basura que puede causar daño a seres vivos o contaminar el suelo, el agua, la atmósfera o el ambiente en general, por lo que "deben sujetarse a un plan de gestión diferente al que se utiliza en los residuos sólidos urbanos".
Esta ley abarca a las pilas de uso común (AA, AAA, AAAA, C, D, N, prismáticas 9V y pilas botón), que se encuentran disponibles en la ciudad para su compra minorista y mayorista.
Las pilas tienen mercurio, plomo, cadmio, manganeso, litio, zinc y níquel que pueden provocar daños neurológicos y algunos de estos metales fueron catalogados como cancerígenos.