Villa Luro gana altura y suma vecinos al oeste de la Ciudad

En los últimos años, se instalaron torres premium y nuevas propuestas gastronómicas. El boulevard Falcón y la avenida Larrazábal, las zonas clave. (De La Razón)

Villa Luro gana altura y suma vecinos al oeste de la Ciudad
Villa Luro\u002E

Por Karina Niebla

En el boulevard Ramón Falcón de Villa Luro, las grúas no descansan. Por donde se mire hay obreros trabajando, veredas con arena y un concierto de picos, palas y martillos. En los últimos años, el barrio viene experimentando un boom de construcción inédito, un renacer a partir de los escombros de sus casas bajas, que ahora dan lugar a torres de ocho, doce o hasta 17 pisos. Y a nuevos restaurantes, bares, heladerías y comercios en general.

Este auge sembró edificios en ambas manos de ese boulevard de palos borrachos, en las cuadras que van del 5400 al 5800. Y en el último tiempo se derramó más allá de la plaza Ejército de los Andes, y también a calles cercanas, como Tonelero, Basualdo y García de Cossio.

Para completar el panorama de zona en re-construcción, el Gobierno porteño trabaja en la ampliación de la red pluvial del ramal Caaguazú del arroyo Cildáñez, para evitar que el área se inunde. Por eso, algunas cuadras del boulevard están cerradas al paso de los autos, lo que en horas pico puede generar caos de tránsito, cuentan los vecinos.

Todos los operadores inmobiliarios consultados coinciden en ubicar el inicio de este boom hace cinco o seis años, aunque reconocen que se aceleró en los últimos dos. Atraí- dos por el fenómeno llegaron constructores de otras zonas, como Villa Urquiza y Villa Pueyrredón, puntos que comenzaron a encarecerse considerablemente. También desembarcaron vecinos de barrios cercanos como Mataderos y Versalles; de localidades del oeste del Conurbano como Ciudadela, Ramos Mejía y Castelar; e incluso de áreas más cercanas al centro porteño, como Palermo, Recoleta y Almagro.

Y, como era de esperarse, también llegaron nuevos locales gastronómicos, como la heladería Chungo y la pizzería Crocca, en Falcón; y el restaurante Viejo Patrón y el bar Mr. Jordan, sobre la cercana avenida Larrazábal.

Además, desde hace dos años el barrio tiene su propia comisaría, la número 54, ubicada a media cuadra del boulevard, en Basualdo 165. “El boulevard llama la atención por la arboleda en el medio. Y la avenida Larrazábal se puso linda, y va a terminar como Falcón en un par de años”, pronostica Carlos Naccarato, de Naccarato Propiedades, en la zona desde hace seis décadas. “Se vinieron a vivir acá porque sigue manteniéndose esa cosa de barrio y además está muy bien comunicado, con salida rápida a provincia y a General Paz”, aporta Oscar Labastié, socio gerente de Tizado Villa Luro.

“Vienen porque buscan aire puro y un pedacito de verde”, suma Claudia Falco, de Falco Propiedades, con presencia allí desde hace 25 años. El público para estos nuevos desarrollos inmobiliarios puede dividirse en dos grupos bien definidos. Por un lado, los que optan por departamentos más chicos de empresas del barrio, como Ciocale y Cifarelli. Y, por el otro, los que pueden permitirse semipisos de gran metraje y amenities varios, una novedad en la zona, que ya sumó al menos seis edificios premium. Son construcciones que suelen oscilar entre los 3.000 y los 3.500 dólares el metro cuadrado si se trata de unidades a estrenar, y entre 2.000 y 2.300 dó- lares si se compra “desde el pozo”.

Para este segmento de mayor poder adquisitivo, Tizado levanta en Falcón al 5700 la Torre del Boulevard, de 17 pisos, con departamentos de hasta 156 metros cuadrados, jardines a ambos lados y dos pisos de amenities. En noviembre estará listo para ser habitado.

Otro proyecto ambicioso es el de RED Real Estate Developers: un complejo residencial sobre un terreno de 6 mil metros cuadrados, donde funcionó la fábrica Aurora Grundig, en Lope de Vega 1055. El metro cuadrado arrancará en los 2.400 dólares. Además de variedad de amenities, habrá locales comerciales en la planta baja. La construcción empezará en enero y las primeras unidades comenzarán a entregarse en diciembre de 2020.

“Estamos desarrollando proyectos para la clase media, que ha sido desatendida en los últimos años. Con el resurgimiento del crédito hipotecario esto se hace posible”, explican desde RED, confiados en que la zona seguirá creciendo.

Un poco de aire fresco para una escena dominada por el bodegón barrial

Con el desarrollo inmobiliario, también llegaron nuevos locales para renovar la oferta gastronómica de Villa Luro. Uno de los primeros fue la heladería Chungo, que en septiembre de 2015 se instaló en el cruce del boulevard Falcón y Acassuso.

“Vimos que después de que abrimos, proliferaron cervecerías y restaurantes en la zona”, reconocen desde la cadena. Dos meses después llegó Viejo Patrón Bar & Grill, en la esquina de Patrón y la avenida Larrázabal, otra calle que se posiciona en el circuito. Sus dueños son también responsables de las pizzerías Avellino, un clásico de la zona, que en agosto de 2015 inauguró su quinta sucursal en Emilio Castro y Larrazábal.

Al poco tiempo le siguió Mr. Jordan, en esa avenida y García de Cossio, que ampliará su lugar y seguirá apostando al barrio con otros tres proyectos gastronómicos. Y hace seis meses abrió Crocca en Falcón y Corvalán, donde además de pizzas se sirve el tradicional café con medialunas. El próximo local será una cervecería a dos cuadras, sobre el mismo boulevard.