Luego de que los especialistas detallaran que el incendio de Cuesta del Ternero consumió 5.890 hectáreas, desde el Instituto Nacional de Tecnología Agropecuaria (INTA) Bariloche se ofrecieron a colaborar con el Gobierno provincial para la reforestación de los bosques que fueron destruidos por el fuego.
La restauración es “la acción más cara”, detalló Verónica Rusch, investigadora del INTA del Área de Ecología Forestal, y en diálogo con Diario Río Negro sostuvo que gran parte de vegetación que fue consumida por las llamase se podría recuperar “siempre y cuando, el hombre no intervenga removiendo el suelo, extrayendo leña o ingresando ganado”.
En esta línea detalló que tanto los pastizales como los matorrales de ñire, laura y retam, pueden rebrotar después de un incendio. “Estas plantas más de estepa rebrotan si el incendio no fue excesivamente intenso. Es vegetación que puede cicatrizar si el hombre no interfiere”, insistió.
Caso contrario a los bosques de cipreses ya que estos no están tan adaptados al fuego, aunque señaló que si quedaron remanentes hay esperanza ya que la semilla se dispersa fácilmente y puede recuperarse. En este caso hay que evitar que el ganado esté en la zona y evite que esto se produzca.
En cuanto a los troncos caídos en la zona pidió que no se muevan ya que funcionan como “trampas de semillas” y los que quedaron de pie son un refugio para las aves. “Se llaman legados que ayudan a recuperar el sistema. Muchas aves se sientan en ellos y pueden traer semillas que ayudan. Al menos, se cubre con un tapiz de vegetación”.
Sobre la reconstrucción, Rusch señaló que es “la acción más cara” ya que en una hectárea se colocan unas 2.000 plantas y en la zona rionegrina hay que reforestar casi seis mil hectáreas. Por esta razón hace hincapié en la estrategia. “No es que puedo salir mañana para restaurar. Pero es difícil conseguir tantas plantas. Es mucho recurso humano y económico. Por eso, hay que planificar aunque nos cuesten los largo plazos”.