Diez días antes de cumplir un año como presidente, Alberto Fernández inició formalmente el deshielo en las relaciones bilaterales con los Estados Unidos y Brasil, dos socios comerciales y económicos decisivos para la Argentina.
En la tarde, habló durante 35 minutos con el presidente electo de los Estados Unidos, Joe Biden, quien asumirá el 20 de enero. Por la mañana había tenido una videoconferencia con el brasileño Jair Bolsonaro. Dos hechos inéditos para Fernández.
Tras felicitar a Biden por la elección, Fernández dijo en la comunicación que sus triunfo significa “una gran oportunidad de generar un mejor vínculo para que Estados Unidos se reencuentre con América Latina”, según se informó oficialmente.
La superpotencia global es de máxima importancia para la economía argentina. Datos oficiales consultados por Vía País indican que es el principal inversor externo en Argentina con el 22,7% del stock de Inversión Extranjera Directa, con casi 17.000 millones. Asimismo, es el tercer socio comercial del país. El año pasado, el intercambio superó los 10.000 millones de dólares.
Según informó Casa Rosada, Biden se expresó en favor de mantener una “relación sólida con el continente”, al que describió como de un “gran potencial y una democracia sólida”. En el ida y vuelta, Fernández respondió que él y otros mandatarios latinoamericanos querían un cambio en los Estados Unidos, tras “años difíciles” para la región. “Queríamos que las cosas cambien y vemos en usted una alternativa”, dijo el argentino. Fernández manifestó además que ambos países podrán hacer “muchas cosas juntos”, siempre que se trabaje para construir una relación “sólida y madura defendiendo la seguridad y las democracias en el continente”.
El argentino destacó su relación de confianza con el Papa Francisco y el apoyo del religioso en las negociaciones con el Fondo Monetario Internacional (FMI). Biden contestó que admira al Papa, además de que le preocupan problemáticas similares como el cambio climático, la lucha contra la pobreza y los refugiados. El estadounidense reconoció que “es sumamente crítica la situación económica de América Latina” y dijo que hay que “ayudar al continente en su recuperación económica”.
A ello, el argentino agregó: “Quiero trabajar junto a usted para ordenar a América Latina y creo que con el Papa como socio, definitivamente, nos va a ir muy bien”.
Al concluir, Biden expresó: “Ustedes tienen un país con una gran cantidad de recursos humanos y naturales, con una predominante descendencia europea. Eso va a ayudar a tener un futuro exitoso”.
El jefe de Estado argentino había en la mañana intentado calmar los ánimos Bolsonaro para evitar que las extremas diferencias políticas entre ambos afecten el futuro de la relación con el principal socio comercial de la Argentina que ahora promete ser la punta de lanza en la región para superar la crisis económica provocó la pandemia de Covid-19.
Fue un gesto forzado para descomprimir una tensa relación en la que predominaron las duras críticas públicas del mandatario brasileño, con las que llegó a advertir que en la Argentina retornó el “‘zurdaje’ con Cristina Kirchner”.
Organizada por el canciller, Felipe Solá, y el embajador en Brasilia, Daniel Scioli, Fernández y Bolsonaro mantuvieron una videollamada con la excusa de conmemorar el Día de la Amistad Argentino-Brasileña.
Fernández apeló al legado y pidió dejar “las diferencias del pasado y encarar el futuro con las herramientas que funcionen bien entre nosotros” para “potenciar todos los puntos de acuerdo”.
“Celebro este encuentro para darle al Mercosur el impulso que está necesitando y es imperioso que Brasil y Argentina lo hagan juntos”, agregó Fernández. Bolsonaro reconoció que “el Mercosur es el principal pilar de integración” de la región.
Por la corresponsalía de Buenos Aires.