“Máximo, Axel y Sergio”. El orden -que a veces supone una jerarquía- depende de quién lo diga. El jefe de los diputados nacionales del oficialismo, el gobernador bonaerense y el presidente de la Cámara Baja conforman el tridente a cargo del diseño del tramo final de la campaña electoral bonaerense para las PASO del 12 de septiembre.
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El Frente de Todos espera conseguir en el primer distrito electoral (casi el 40 por ciento del padrón nacional) la diferencia que le permita achicar las derrotas en CABA y Córdoba, o las que se especulan también podrían ocurrir en Mendoza y Santa Fe.
La semana arrancó con tres actividades potentes del Frente de Todos en Buenos Aires. Cuanto antes se necesitaba un torniquete que frene el sangrado político producido por la publicación de la foto del cumple en la Quinta de Olivos en tiempos de cuarentena dura. Los actos en La Matanza (la denominada capital nacional del peronismo), la Isla Maciel (entrega de la vivienda número 20 mil) y el plenario militante en La Plata tuvieron ese objetivo.
“Los protagonistas de la campaña son los que viste hoy en el escenario”, dijo a este medio un funcionario nacional. Kirchner, Kicillof, Massa, Fernández y Fernández de Kirchner, refiriéndose a la foto en el “Unico” de La Plata. Con ellos, a un costado, asumiendo un coprotagonismo, los candidatos Victoria Tolosa Paz y Daniel Gollan.
La unidad incondicional de los principales socios del Frente de Todos fue la respuesta al escándalo fotográfico. “Aquí nadie saca los pies del plato ni toma distancia”, se afirmó. El resquebrajamiento o el debilitamiento de la imagen presidencial, se concluye, no beneficia a ningún socio de la alianza oficialista.
En los actos donde se refrendó la unidad, los referentes bajaron línea a los dirigentes, funcionarios y candidatos respecto al libreto a seguir en un territorio donde hoy asoma apatía y cierto disconformismo con la inflación y los salarios rezagados. Los 500 asistentes al “plenario en el Unico” se llevaron una carpeta con un punteado de ítems sobre lo hecho por el gobierno bonaerense del FdT y cómo apuntalar la consigna madre “La Vida Que Queremos” en la contienda contra las listas de Juntos (las del peronista-macrista Diego Santilli y la del radical Facundo Manes).
En estos días, se supo que Kirchner, Kicillof y Massa intensificaron sus contactos para ajustar el diseño y los detalles de la campaña bonaerense: cómo cubrir los 135 distritos bonaerenses, incluidos sus pueblos y localidades, con grupos de tres o cuatro “candidatos, funcionarios y dirigentes”.
“El plan se inicia el lunes 24. Vamos a dividir la provincia en áreas, con el objetivo de que lleguemos dos y hasta cuatro veces a todas las localidades, incluso las más pequeñas”, comentaron a este diario.
Ante la imposibilidad de hacer los clásicos actos masivos de campaña “vamos a multiplicarnos en pequeñas acciones en todo el territorio; en las actividades más importantes se van a sumar Sergio, Máximo, Axel o Cristina; creemos que en esta etapa Alberto estará menos presente”, confió la misma fuente consultada.
Dicen que se trata de una mecánica distinta al de los “timbreos” bonaerenses, el sello de la exgobernadora Vidal. “No, vamos a tener recorridas con nuestros intendentes, encuentros con referentes sociales y entidades civiles, pequeñas asambleas; no van a ser acciones de marketing”, diferencian.
En el acto en el “Unico” de La Plata, Máximo Kirchner alentó a la militancia: dijo que “las batallas para transformar la vida de nuestra gente” se dan “organizando, debatiendo, discutiendo, y principalmente, una vez que se gana la elección, gestionando el Estado a favor de nuestra gente, sin miedo a ninguna tapa de ningún diario”, arengó. Remarcó varias veces la importancia de la “gestión”.
Kirchner logró alinear a los intendentes del conurbano sin mayores escándalos (“muchachos, muchachas, tenemos problemas más grandes”, dijo Máximo sobre los reclamos internos en el armado de las listas). Insaurralde (Lomas de Zamora) y Espinoza (La Matanza), referencias ineludibles del conurbano peronista, hoy son tan confiables como Mayra Mendoza, la intendenta de Quilmes que milita en La Cámpora.
Al despliegue de los aparatos de las intendencias, se le añadirá el protagonismo de Fernanda Raverta y Luana Volnovich, las titulares de la ANSES y el PAMI que también militan en la agrupación que hoy conduce el PJ bonaerense: se considera clave la territorialidad de estas oficinas nacionales.
A contramano de algunas especulaciones publicadas, Massa no tomó distancia del error presidencial. El martes tuvo palabras de fuerte apoyo al Gobierno nacional en su puja con el FMI, un tema que no suele estar en la agenda mediática del líder del Frente Renovador. El viernes almorzó a solas con Fernández en la Casa Rosada.
A Massa se le reconoce influencia en parte del territorio bonaerense. Igual a Malena Galmarini, su pareja e histórica militante peronista de Tigre, titular de AYSA, otra suerte de ministerio nacional. Massa y su mensaje a la clase media (ganancias, monotributistas, Pymes) componen una pata de la campaña en el territorio.
Kicillof ubicó a Daniel Gollan, su ministro de Salud en la pandemia, como segundo candidato, detrás de Tolosa Paz, una apuesta de Alberto Fernández. El gobernador bonaerense está convencido que su gestión de la pandemia aportará y no restará votos. De ahí la elección de Gollan.
Los ministros Kreplak (sucesor de Gollan), Andrés Larroque y Teresa García se sumarán a los grupos que se repartirán por la provincia para hacer campaña. ”Axel, Máximo y Sergio conducen el esquema”, insistió uno de los dirigentes consultados, aunque marcó que el mayor peso cae sobre el gobernador. “La gente tiene muy frescos cuáles son los modelos”, dice Kirchner. Ese es el debate, dicen, que quieren imponer en las tres semanas que vienen de campaña. Se verá, pronto, cuánto ruido metió la foto del cumple y la violación de la cuarentena.
Por la Corresponsalía de Buenos Aires