El médico Leopoldo Luque presentó hoy una ampliación de su pedido de eximición de prisión, en el que aseguró que nunca abandonó a Diego Armando Maradona, que concurrió “en tres oportunidades” a la casa del country San Andrés, donde el exfutbolista murió el 25 de noviembre pasado, y que “nadie pudo imaginarse que su corazón repentinamente fallara”.
El escrito fue presentado hoy por uno de los abogados del neurocirujano, Julio Rivas, ante el juez de Garantías 2 de San Isidro, Orlando Díaz, ante el temor de que los fiscales agraven la calificación y pidan una detención por “abandono de persona seguida de muerte”, con pena de 5 a 15 años de prisión. “No queremos que se impute una calificación mayor al solo efecto de lograr una detención”, señala el letrado.
Lo más saliente de este nuevo escrito es que la defensa hizo un pormenorizado descargo de la actuación de Luque. “Nuestro asistido nunca puso en peligro la vida o la salud de su amigo y paciente, fue él quien lo llevó a la clínica a hacerse un chequeo completo, y le ordenó la realización de una TAC”, dice el escrito.
El abogado afirma que a Maradona lo internaron para ese chequeo y que el resultado fue “un traslado a otra Clínica, ya que la TAC mostró un hematoma subdural y se decidió en forma conjunta una operación neurológica, la cual resultó exitosa”.”Se tomaron todas las medidas necesarias para efectuar el acto quirúrgico, todos los estudios preliminares y posteriores, permaneció internado. Luego de ello fue externado en forma coordinada por su familia y médicos”, agrega.
Continúa con que Maradona fue trasladado a su casa con asistencia de personal de enfermería y ayudante terapéutico y que “las propias hijas y medicina prepaga le colocaron un clínico para que lo revisara”.
Rivas afirma que Luque “concurrió en tres oportunidades a su domicilio, para realizarle los controles post quirúrgicos, y en una de esas oportunidades procedió a retirarle los puntos. Diego fue asistido también por una psiquiatra y un psicólogo para lo que todos aconsejaban su tratamiento que era de adicción. Nadie pudo imaginarse ni representarse que su corazón repentinamente fallara”, remarcó el defensor.
“Ninguno de los médicos, incluido el cardiólogo que efectuó los estudios pre quirúrgicos en la clínica Olivos advirtió un riesgo de vida, todos apuntaron al síndrome de abstinencia, y así quedó reflejado en la historia clínica y en el acta de externación”, subrayó.
“Mi representado participó en el acto quirúrgico de la neurocirugía tal como resulta del parte respectivo, y siguió como neurocirujano su post operatorio, tal como corresponde”, afirma el abogado.
Rivas sostiene que “las propias hijas de Diego Maradona decidieron colocar a un clínico a cargo de la atención de su padre, y fue un clínico de la medicina prepaga quien concurrió a ver al paciente en su domicilio”.
En otro tramo del escrito, responsabiliza al propio exfutbolista de las dificultades que se presentaban para tratarlo como paciente: ”Fue Diego Maradona -dice el abogado-, quien expulsó a dicho clínico, circunstancia que fue conocida por sus hijas y además público y notorio. También la personalidad del paciente ha quedado reflejada, y ha echado de su entorno también a una enfermera y al propio Luque. Diego Maradona decidía por sí solo y rompía constantemente los contratos tácitos con sus profesionales”, afirma.
El abogado indicó que tanto la psiquiatra Agustina Cosachov, como su cliente Luque concurrían a la casa para hacerle pertinentes controles e incluso mencionó que “en el celular secuestrado se podrá ver un video donde Diego Armando Maradona, le agradece por la operación (a Luque), y donde se lo ve sentado en una mesa junto a Verónica Ojeda”.
“Leopoldo Luque siempre estuvo cuando fue necesitado. Maradona quería estar solo y así lo manifestaba y echaba a todos de la casa donde se encontraba alojado”, reiteró la defensa. “Nadie advirtió un problema cardíaco agudo que hubiese necesitado tratamiento intensivo de internación, sino lo hubieran efectuado”, dijo el abogado.
Con información de Télam