La parrilla que Jorge Samid eligió para almorzar este lunes, violando su prisión domiciliaria, y donde fue escrachado por un grupo de mujeres, emitió un comunicado despegándose de las razones que dio Samid para justificar su presencia allí.
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Samid dijo el lunes por la tarde que el motivo por el que estaba en la parrilla Paja Rota era laboral: que había ido a entregar mercadería. Sin embargo, a través de las redes, la parrilla lo desmintió.
“El señor Alberto Samid no tiene ninguna relación con Paja Rota y desmitificamos (sic) todo lo que pueda haber dicho esta persona como su abogado. No es dueño, no es proveedor, ni inversionista de nuestro restaurante, no tiene ninguna conexión”, escribieron.
Además aseguraron que el personal del restaurante “no lo reconoció, ni mucho menos estaba al tanto de su situación judicial”. Paja Rota tiene otras dos sucursales además de la de Ramos Mejía.
“Una clienta logró reconocerlo e inmediatamente comenzó a grabar un video (que luego se viralizó) donde se ve cómo los clientes lo echan del local”, continuó el descargo.
“Queremos ratificar que Alberto Samid no tiene ninguna relación con Paja Rota y no dejaremos que salgan a decirse mentiras acerca de nuestra queridísima Parrilla”, finalizó el comunicado.
Samid también había dicho que estaba en el local por un pedido de “la dueña del local” a su esposa. “La dueña del local es muy amiga de mi esposa, juegan al tenis juntas. Entonces la llamó a mi esposa pidiéndole mercadería al enterarse de lo que iba a pasar (en el Mercado Central)”, sostuvo.
Luego explicó también que, durante la supuesta visita laboral, se habría encontrado con dos amigos, que lo habían invitado a almorzar. “Me dieron un poquito de carne”, se justificó.
El escrache
El lunes, sin barbijo y sin intentar cubrir su identidad, Samid fue visto en el restaurante de Ramos Mejía comiendo un bife con ensalada cuando fue reconocido por dos mujeres que lo increparon.
Una de ellas sacó su celular y lo empezó a filmar, pidiéndole que muestre “la tobillera electrónica” que debería asegurar su permanencia en su hogar. ¿No tiene vergüenza de estar acá?”, agregó otro de los comensales del restaurante que se encontraba lleno, a pesar de las restricciones.
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Norma fue la mujer que grabó a Samid y que, en diálogo con TN, contó que debido al escándalo que ocurrió en el bodegón, tanto el empresario como sus dos acompañantes se fueron sin pagar y los dueños debieron correrlos para que abonen la cuenta.
“Es una vergüenza que esté paseando en un restaurante sin ningún tipo de problemas”, dijo Carlos otro de los testigos. “Se mostraba sobrador”, agregó.